El programa hídrico del Canal de Panamá, que se calcula en una inversión de aproximadamente $2 mil millones, se espera que esté listo a finales de 2025, según dijo José Reyes, vicepresidente de proyectos hídricos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en la Conferencia Anual Marítima 2020.
Este proyecto sería el segundo más importante que se realiza durante la administración del Canal en manos panameñas desde 2000, luego de concretar el programa de ampliación que se presupuestó en $5 mil 250 millones y está en operación desde junio de 2016.
El cronograma del sistema hídrico se vio afectado con la primera adenda dada a conocer el 9 de noviembre y que trasladó para el 25 de enero de 2021 la presentación de propuestas de las empresas interesadas para escoger a los cinco precalificados.
Según la ACP, la fecha anterior era a finales de diciembre y coincidía con las fiestas de fin de año. Este proceso lleva integrado la precalificación, es decir, no se va directo a la contratación, sino que pasa por la selección de cinco empresas que tendrán el pliego de cargos para que presenten sus propuestas de valor, de las cuales la ACP debe seleccionar la que tenga los mejores beneficios para el Canal.
Se hará una ponderación técnica y económica para establecer quienes son los precalificados. Se utilizarán los estándares internacionales y la plantilla del contrato está basada en la Federación Internacional de Ingenieros y Consultores.
Se prevé adjudicar el contrato en noviembre de 2021 para que el contratista inicie los trabajos en la temporada seca de 2022.
La modalidad de la licitación es de diseño y construcción, pero la ACP le dará un concepto al contratista para que lo evolucione. El contratista puede aprovechar todos los estudios de agua que ha realizado el Canal para el desarrollo del proyecto. La ACP guarda 100 años de información hidrográfica, que incluye mapas y estudios.
El proyecto del sistema de administración de recursos hídricos del Canal tiene como fin brindar una solución integrada para resolver el problema de la cantidad, calidad y control del agua para la cuenca del Canal de Panamá, considerando el consumo humano y las operaciones de la vía acuática.
El primer componente se destina a tener fuentes adicionales de agua, para lo cual hay una gama de opciones, que van desde traer agua de otros puntos hasta la desalinización. El segundo aspecto es aumentar la capacidad de almacenamiento en la huella del lago Gatún, y en tercer lugar, aprovechar la tecnología integrando la gestión digital dentro del sistema de agua del Canal.
Se busca hacerle frente a la variabilidad climática de los últimos años que ha impactado las operaciones del Canal de Panamá, porque se ha tenido que anunciar ajustes de calado por falta de agua, lo que significa pedirle a los clientes que coloquen menos carga en las embarcaciones.
El 2019 fue el año de menor aportación de lluvias en la cuenca del Canal en los últimos 70 años, con lo cual durante el año fiscal 2020 la administración se vio obligada a anunciar ajustes de calado para un total de 155 días de restricciones a los clientes.
Se trata de un déficit de 1,948 millones de metros cúbicos de agua que no cayeron en la cuenca, informó Reyes.
Esto llevó a la administración a explorar alternativas para aumentar el volumen de agua para garantizar el consumo humano y las operaciones del Canal.
Una limitante es la falta de capacidad de almacenamiento de agua. Reyes citó el caso del huracán Otto en diciembre de 2016, cuando hubo una gran precipitación que no se pudo aprovechar. Hubo que tirar al mar 876 millones de metros cúbicos de agua que equivalen a suficiente recurso para 76 días de operaciones, según el consumo diario de la ACP de 2019. Algo similar ocurrió con el reciente paso de los huracanes Eta e Iota por Centroamérica, que generaron mucha lluvia en Panamá pero no se pudo almacenar. “Tenemos estos eventos extremos de alta intensidad contrario a lo que había sido el esquema que se daba en la cuenca con baja precipitación y larga intensidad”, agregó Reyes.
En los promedios de los últimos años se indica que ha habido menos aportes, además de un mayor consumo. En 2020 el consumo de agua bajó a 3,561 millones de metros cúbicos frente a los 4 mil millones de metros cúbicos de 2019. El menor consumo obedeció a que no hubo generación eléctrica y se aplicó ajuste de calado a los clientes.
El Canal tiene que lidiar con el incremento del consumo de agua de la población que vive en las riberas del Canal y que representan el 50% de los habitantes del país.