El problema estructural y de liquidez en el sistema de pensiones, que no resolvió la administración de Ricardo Martinelli ni la de Juan Carlos Varela, ha reventado en las manos del gobierno de Laurentino Cortizo. Y ahora pesa el agravante que debe resolverse en medio de la crisis económica que ha impuesto el coronavirus (Covid-19).
El subsistema de beneficio definido de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) está por colapsar. El dinero que entra a este programa, y con el cual se financian las jubilaciones, no alcanza para hacer los pagos de este año.
“Realizadas todas las corridas actuariales posibles, se determinó que la opción menos costosa desde el punto de vista social, era fundir nuevamente ambos programas en un esquema solidario”.
Francisco Bustamante, subdirector de la CSS
Esta situación viene ocurriendo, al menos hasta donde se ha podido confirmar, desde los últimos dos años, pero este 2020 será el punto de quiebre.
En 2018, según los estados financieros no auditados de la Caja de Seguro Social (CSS), se tuvieron que utilizar $48 millones para financiar el déficit de pensiones del subsistema de beneficio definido, también conocido como solidario. En el año 2019, el déficit del programa fue de otros $249 millones.
Para este 2020, producto de la crisis financiera que ha provocado la Covid-19, el hueco será más grande de lo que cualquiera hubiese imaginado. La pandemia aceleró el desplome del programa cuyos fondos son utilizados para pagar todos los meses a más de 283 mil pensionados.
Datos relevantes
62.5% de los pensionados recibe ingresos por $500 mensuales o menos.
$1,900 millones se pagaron en pensiones en 2019, según datos preliminares de la CSS.
$171 millones es el pago promedio mensual en pensiones que se haría en el 2020.
¿Qué está ocurriendo?
Con los aportes de la cuota obrero-patronal que se le descuenta a todos los trabajadores se pagan las pensiones, pero “ si el 11% de los asalariados del sector privado no está trabajando, evidentemente iban a caer las recaudaciones de la cuota”, dijo Francisco Bustamante, subdirector de la CSS.
En el país, hay más de 100 mil contratos laborales suspendidos, empresas cerradas y la actividad comercial confinada. Aunque la suspensión temporal de los contratos no exime de obligaciones como el pago de la cuota obrero-patronal, para algunas empresas es difícil mantener ese gasto.
Es así como, por ejemplo, en el mes de marzo la recaudación fue de $294.7 millones, cuando se había presupuestado que fueran $364.3 millones.
Al cierre de abril se lograron $230.5 millones, mientras que la proyección de la CSS era obtener $358.1 millones de cuota obrero patronal.
Bustamante dijo a este diario que han hecho corridas para determinar la situación a la que se enfrentarían al finalizar el año.
Por ahora, han determinado que en el escenario más dramático, se necesitaría tomar recursos de las reservas por el orden de $1,100 millones, y en el mejor de los escenarios, se requerirían alrededor de $540 millones, “todo para cubrir las pensiones en su totalidad hasta finales del año 2020”.
El tema ha sido planteado al Ejecutivo y también empezó a discutirse con la junta directiva de la entidad, intentando buscar salidas para inyectarle liquidez al sistema, indicó Bustamante.
Fue así como el pasado jueves 7 de mayo se reunieron con los miembros de la junta directiva de la CSS para proponer que autorizaran al director de la entidad, Enrique Lau, a vender gradualmente en el mercado secundario bonos del subsistema del IVM hasta por un máximo de $1,100 millones, a partir de este mismo mes.
La junta directiva rechazó la propuesta, y a cambio pidió un próximo encuentro virtual para que se presenten otras opciones en dos semanas
Bustamante explicó que el plan no es utilizar el dinero, pero sí tener la certeza de que se tienen los fondos en caso de ser necesario, considerando el comportamiento de las recaudaciones de la cuota obrero-patronal, agravado a raíz de la Covid-19.
La administración de la CSS calcula que el dinero de las reservas solo alcanzaría para pagar pensiones por los próximos 18 meses.
Antes del coronavirus, en octubre de 2019, Lau había dicho que estas reservas se agotarían en 2023, debido a que a lo largo del tiempo se ha ido reduciendo la masa de cotizantes, mientras que el número de pensionados y el promedio de vida de la población aumentan.
Bustamante dice que, además de la venta de los bonos, con lo que se intenta obtener liquidez ante la falta de pagos por los patronos y los déficits de caja acumulados, estudian otras opciones.
Reservas
En este sentido habló de eliminar las restricciones que limitan el acceso a los recursos de un fideicomiso que existe para fortalecer las finanzas del IVM.
Para ello habría que pasar una reforma en la Asamblea Nacional, que permita el uso de estos recursos sin contar con estados financieros auditados y un estudio actuarial.
El uso de este fideicomiso, en el Banco Nacional de Panamá (BNP), debe estar sustentado con un informe de la Junta Técnica Actuarial, algo con lo que la CSS está en mora desde hace muchos años.
“Antes que se piense siquiera en hacer cualquier cosa, el país debe saber cuál es la situación real de la Caja, con los informes financieros del año pasado, así sea que no estén auditados”, dijo César Tribaldos, representante del Consejo Nacional de la Empresa Privada en el análisis de la situación del IVM.
Tribaldos se ha quejado desde la pasada administración por la falta de estados financieros y su presentación tardía, ya que de esta manera es imposible administrar los fondos de todos los panameños.
Estudian retrotraer las reformas de 2025
Otra de las salidas que evalúa la administración de la CSS es la fusión de los programas IVM de beneficio definido y el mixto, como existía previo a la reforma del año 2005.
En estas últimas reformas al sistema de pensiones se determinó que las generaciones que cotizan desde 2008 entraban de forma obligatoria al llamado sistema mixto, que tiene un componente de ahorro individual para no seguir arrastrando el déficit hacia los nuevos cotizantes.
Si la CSS avanza en su proyecto de reformas, los ahorros individuales de las nuevas generaciones irán a un fondo común y solidario desde donde se pagarían las actuales jubilaciones.
¿Esto no extendería y agravaría el problema?
Bustamante cree que dividir el programa en dos no fue solidario y que lo más beneficioso en este momento es volver a la estructura anterior, para que las nuevas generaciones aporten a los que ya están pensionados o por pensionarse.
De los contrario, dice, habría que aumentar la edad de jubilación o el pago de cuotas, algo que en el entorno actual no es posible.
“Con la fusión de los sistemas se logra una sobrevivencia mayor, que permitiría tomar medidas más profundas para hacer sostenible en el largo plazo el programa de pensiones”, recalcó.
Tribaldos es de la opinión que si se toman los fondos de reservas del sistema mixto, estos se agotarían en cinco años, con lo cual no habría forma de devolver estos ahorros a los jóvenes.
“Si este Gobierno hace esto, estaría aumentado el tamaño del problema y trasladando nuevamente la solución al próximo gobierno”, pronosticó Tribaldos.
Bustamante, en tanto, espera que todas las opciones sean escuchadas, examinar cuáles tienen mayor viabilidad y encontrar más recursos para el sistema de pensiones, reconociendo que hoy se encuentran en el peor de los escenarios.
