Los préstamos vinculados a las personas han sido los responsables del dinamismo obtenido por la banca en lo que respecta al otorgamiento de créditos.
Al cierre de octubre de 2019, el saldo de los créditos domésticos era de $55,467 millones, lo que equivale a un variación absoluta de $1,321 millones, comparado a octubre de 2018.
Lideran dicho impulso los créditos hipotecarios y los préstamos de consumo, entre los que se consideran las tarjetas de crédito, los préstamos para autos y los préstamos personales. Estos últimos son utilizados para fines tan variados como cubrir gastos de viajes, remodelaciones o urgencias médicas.
Si de coronas se trata, el crédito hipotecario es el rey. El saldo de esta cartera totalizó los $17,696 millones, la más grande del centro bancario.
Este segmento sigue mostrando signos positivos, de acuerdo con los datos recopilados por la Superintendencia de Bancos de Panamá, al registrar un crecimiento del 5.3% con relación al mes de octubre de 2018.
Ello representa un alza de $888 millones y se mantiene como una de las actividades de mayor aporte al crecimiento dentro del sector crediticio local, mientras que en la industria, la agricultura y la propia construcción se han dado bajas en los saldos.
El sector residencial en su conjunto reporta un saldo de $15,707 millones, un 6.4% en el crecimiento interanual, lo que demuestra la importancia que le dan los panameños a la inversión en una vivienda propia.
Los préstamos para vivienda que aplican al interés preferencial son la bujía de este segmento. Bajo este esquema se reporta un saldo de $5,951 millones, es decir, un alza de $855 millones en los primeros 10 meses del año pasado.
Se espera que esta tendencia se marque con mayor fuerza en este 2020, cuando se afinque la aplicación de la ley que aumentó el interés preferencial para préstamos de vivienda de hasta $180,000.
El ampliación del rango, de $120,000 a $180,000, está vigente desde septiembre de 2019 y le dará un empuje a los bancos para dinamizar la construcción de viviendas y que las mismas sean más accesibles a la población, de acuerdo con las proyecciones del ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander.
Pero mientras algunos segmentos toman grandes bocanas de oxígeno, hay otros que se contraen.
El regulador bancario destaca que un componente que ha tenido una reducción importante es el segmento de créditos al sector público, que se contrajo 33.3% en 2019 con respecto a octubre de 2018.
Pero aunque se habla de una contracción, en este caso se trata de un síntoma positivo, ya que se da como resultado de la mejora en las tasas de financiamiento externo que tiene el Estado en estos momentos.
El impacto de esto para la banca es menor, considerando que el crédito al sector público tiene una participación pequeña.
La calidad de la cartera se encuentra en terreno positivo. El crédito moroso representa el 1.7% y el crédito vencido, el 1.8%. Todavía se encuentra en los rangos bajos de la región.