Uno de los primeros libros especializados en materia fiscal que tuve en mis manos fue el titulado: “Principio fundamentales de finanzas públicas”, del gran maestro y luego quien fuera mi profesor de especialidad, Don Edison Gnazzo.
Esta importante fuente bibliográfica nacional, que ha servido a muchas generaciones y que mantiene una destacada vigencia, muy didáctica, nos lleva a un recorrido para conocer y entender mejor cómo funciona la actividad financiera del Estado.
En estos tiempos, he vuelto a leer algunos de sus capítulos, volviendo a las raíces del conocimiento y conceptos básicos, siempre tan necesarios repasar, pues el tiempo y las circunstancias ajetreadas del momento, pueden hacerlo mermar.Allí, en un recorrido por sus páginas, confirmo que las finanzas públicas deben mantener un carácter de equilibrio, coherencia y fundamentado en principios. Concluyo que los presupuestos públicos, enfocados en la inversión sería, más que en el gasto desmedido y sin razón, garantizan la sostenibilidad y equilibrio de las finanzas del Estado. Lo anterior, es soportado por la efectiva recaudación de los ingresos públicos necesarios y con un andamiaje legal preciso, práctico y robusto, el cual debe ser efectivamente aplicado. Sumando, agrego, a la tecnología bien enfocada como un aliado para realizar esta actividad.
La política fiscal traza la ruta gubernamental por la cual el país caminará y encierra todos los componentes del gasto y los tributos, lo cual debe redundar en una estabilidad y crecimiento económico. Lo anterior, bajo el liderazgo de una buena administración financiera gubernamental, tanto en la recaudación, ejecución y control.
En estos precisos momentos cuando todos los planes, presupuestos y programaciones a nivel gubernamental se desajustaron por motivo de la pandemia, es cuando el liderazgo apremia para la reconstrucción del país. Sin un liderazgo grandioso, como lo conceptualiza José Gabriel Miralles E. (presidente y CEO de Greatness Center-Franklin Covey) en su escrito titulado, “el liderazgo apremiante que necesita la reconstrucción del país post pandemia”, esto sencillamente no será posible.
De este tremendo escrito rescato que un líder debe tener 4 elementos a saber: Integridad, intención, capacidades y resultados; siendo que si un líder falla en uno sólo de estos elementos, perderá credibilidad, autoridad moral y liderazgo. “Una persona sin autoridad moral y credibilidad podrá ser jefe u ostentar un cargo importante; podrá mandar, amenazar y comprar, pero nunca podrá liberar el entusiasmo y la voluntad de las personas hacia una meta o visión común. Las personas, a diferencia de las cosas, somos libres de elegir. Un líder que falle en alguno de los 4 elementos de la confianza no tendrá a nadie siguiéndolo con convicción; se quedará para efectos prácticos, solo”. Termina indicando el escrito en uno de sus párrafos.
CÁPSULA FISCAL
En particular, la Administración Tributaria, a nuestro juicio, ha realizado cambios positivos en estos difíciles momentos. La digitalización y uso de la tecnología para los procesos de citas y en buena cantidad de los trámites administrativos que ante ella se realizan, proveen un elemento de celeridad necesario, pero teniendo presente que no debemos caer en la excesiva impersonalidad.
Los cambios normativos han sido necesarios, justos e importantes en tiempos de pandemia, pero quedan tareas pendientes por ejecutar. Se esperan los anuncios oficiales de las posibles nuevas medidas de alivio tributario para el presente período fiscal, pues la situación económica de los contribuyentes en general no es la mejor y los tributos pueden llegar a convertirse en una carga excesiva, en vez de un compromiso ineludible de todos para con la patria.
El autor es abogado especializado en materia tributaria.