Empresas con fecha tope para reactivar contratos

Empresas con fecha tope para reactivar contratos


A partir de noviembre de 2021 todos los trabajadores que tienen contratos laborales suspendidos deben estar reintegrados o las empresas deben haber alcanzado un acuerdo sobre la relación laboral con estos colaboradores, de acuerdo con el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel).

Producto de las medidas que se adoptaron por la pandemia, los contratos de unos 284 mil trabajadores de más de 20 mil empresas en todo el país fueron suspendidos, según el registro del Mitradel.

De ese total, hasta julio pasado se habían reactivado más de 174 mil contratos, es decir, que aún quedan cerca de 100 mil trabajadores con contratos suspendidos.

“Al 1 de noviembre de este año deben estar reactivados todos los contratos, pero eso no significa que todos van a estar trabajando, porque un porcentaje de entre 3% y 6% quedan cesados por diferentes razones”, explicó el asesor del Mitradel, Carlos Ayala Montero. Este porcentaje de trabajadores reintegrados, hasta julio y que fueron cesados, suman aproximadamente unas 12 mil personas, indicó el funcionario.

La mayoría de estos contratos suspendidos pertenecen al sector terciario donde participan las actividades vinculadas con el turismo como hotelería, espectáculos, ocio, entre otras.

La Ley 201 del 25 de febrero de 2021 que establece medidas temporales para preservar el empleo, y vigente desde el 26 de febrero de 2021, señala que las empresas del sector terciario de la economía, incluyendo a las actividades con 10 o menos trabajadores y las empresas del sector turismo reintegrarán a sus trabajadores en forma gradual, mes a mes, según las condiciones de cada empresa. Pero esta regulación recalca que “las prórrogas de la suspensión de los contratos no podrán exceder los ocho meses”. Según el calendario, esos ocho meses se cumplen a finales de octubre.

Con el levantamiento parcial de los toques de queda se espera que haya mayores turnos de trabajo y mayor cantidad de trabajadores laborando.

Igualmente, se iría disminuyendo la jornada reducida laboral. Esta regulación va a regir mientras dure el estado de emergencia nacional, dijo Ayala Montero.

Recuperación lenta

La reactivación laboral va lenta, ya que ha estado subordinada a criterios sanitarios y condicionada a las restricciones de movilidad, opina el analista laboral René Quevedo.

De los 873,750 asalariados privados que habían antes de la pandemia (agosto de 2019), 37% perdieron sus trabajos, 30% lo mantuvieron y 33% fueron suspendidos. De estos últimos se estima que 21% fueron reactivados y reintegrados.

“Se presta mucha atención a la tasa de desempleo (que aumentó del 18.5% el año pasado a 20% este año) y a la reactivación de contratos, pero hemos obviado la generación de nuevos empleos formales, medidos en función de los nuevos contratos laborales tramitados por Mitradel”, dijo Quevedo.

El Mitradel espera tramitar unos 200 mil nuevos contratos laborales en 2021, un poco más de la mitad (53%) de los 378 mil procesados por la institución en 2019, cuando se generaron 52,040 empleos, todos informales.

Pero entre enero y agosto de 2021, la entidad tramitó 108,676 nuevos contratos laborales, en contraste con los 267,235 procesados para el mismo período del 2019 o unos 158 mil contratos menos.

Es decir, el ritmo de generación de nuevos empleos formales marcha 60% por debajo de lo que fue en 2019.

Durante los últimos 10 años, el 92% de los empleos generados fue informal y el otro 8% fue el resultado de aumentos en la planilla estatal, señaló Quevedo.

En ese lapso se perdieron 174 mil empleos formales privados (-24%), al tiempo que se agregaron 139 mil funcionarios (62%) y 282 mil trabajadores informales (57%).

“Al margen del impacto de la pandemia, la tendencia es indicativa del deterioro de la confianza en el clima de negocios en el país. Sin inversión privada (nacional y extranjera) no habrá generación de empleo formal, máxime ante la precaria situación financiera y sobreendeudamiento del Estado”, advierte el analista. Recuerda que “para que haya inversión privada tiene que haber negocios rentables y reglas claras”.

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