Las apuestas en juegos de azar cerraron en 2019 su segundo año con números negativos.
El año pasado se apostaron 2 mil 116 millones de dólares, dejando una disminución de 4.2% y replicando la reducción obtenida en 2018 contra los números de 2017, cuando en este último periodo las apuestas se anotaron un tímido incremento de 0.7%.
Desde 2015 las apuestas en juegos de azar han ido cuesta abajo producto del impuesto de 5.5% que se creó para financiar el incremento salarial a los jubilados. Con el impuesto, que deben pagar los jugadores sin importar si ganaron o perdieron, se genera una recaudación de 53 millones de dólares al año.
Del total apostado el año pasado, mil 888 millones de dólares se realizaron en máquinas tragamonedas tipo A, que permiten múltiples movimientos por cada jugada.
Las apuestas en estos equipos disminuyeron 4.2%, pero la mayor caída se la anotaron las mesas de juego, que solo están disponibles en los casinos completos ubicados en hoteles con más de 300 habitaciones.
Según la Contraloría General de la República, las apuestas en las mesas de juego cayeron 11% hasta los 114.9 millones de dólares.
Operadores de juego azar aseguran que producto del impuesto de 5.5% se han perdido más de 4 mil puestos de trabajo, ya que las empresas han recortado el número de trabajadores ante la menor cantidad de jugadores, en especial extranjeros.
La administración de la JCJ indicó el año pasado que en los primeros meses de 2020 enviaría a la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley para eliminar el cobro del impuesto en las mesas de juego.