Una quinta parte de la energía que utilizaron los panameños en los primeros tres meses del año -o 20 de cada 100 kilovatios hora- provino de energía limpia no contaminante.
La producción eléctrica con fuentes del viento y sol representó el 20.9% de la generación durante el primer trimestre de 2022, según un informe de la Secretaría Nacional de Energía (SNE).
De 2.6 millones de megavatios hora (MWh) que se generaron entre enero, febrero y marzo de 2022, 553 mil 089 MWh fueron de fuentes solar y eólica, o energías renovables no convencionales.
El 80% restante de la energía provino de hidroeléctricas, gas natural, bunker y diésel.
La energía solar generada en el primer trimestre repuntó con un mayor crecimiento con relación al mismo periodo de los años anteriores, incluso un 51% más que el primer trimestre de 2019, indica el informe.
El crecimiento está relacionado con un mayor número de plantas fotovoltaicas que entraron en operación este año, entre ellas, la generadora de Avanzalia Panamá, la central solar más grande del país ubicada en Penonomé, provincia de Coclé, con 120 megavatios de capacidad instalados y 450 mil paneles solares.
“La elevada cuota de las energías renovables en los primeros meses de este año es una clara señal de que la transición energética debe seguir avanzando con más fuerza, principalmente en tiempos donde vemos un mercado caracterizado por la volatilidad de los combustibles fósiles”, dijo el secretario nacional de Energía, Jorge Rivera Staff.
Agregó que, con el telón de fondo del conflicto bélico Rusia-Ucrania, y las preocupaciones relacionadas con el suministro, recalcan la importancia de independizarse gradualmente de las fuentes fósiles y, por tanto, también de las importaciones de los productos derivados del petróleo.
Federico Fernández, de la Cámara Panameña de Energía Solar, confirmó que durante el verano, sol y viento han estado al máximo y lograron una participación importante en la generación, con preferencia de despacho, además, por su precio y condiciones.
Sin embargo, considera que aún se tiene que trabajar mucho para que las energías verdes tengan mayor participación en el mercado energético panameño.
“El reto es lograr que sol y viento mantengan esa proporción mayor de la generación todo el año y para eso hay que aumentar la capacidad instalada, en lo cual, sin subastas o licitaciones para la red en el panorama, estamos rezagados”, comentó.
Y es que en su mayoría las plantas fotovoltaicas no tienen contratos de suministro con las distribuidoras y están subsistiendo gracias a la venta de energía a los grandes clientes, en su mayoría empresas que compran directamente al generador.
“Buena noticia [el aumento de la generación fotovoltaica] pero insuficiente para hacer mucho más limpia la matriz energética, especialmente porque vienen casi mil MW de gas natural”, reflexionó Fernández.
“Lo bueno es que pronto harán estudios para incorporar baterías a la red y eso facilitará nuevas plantas renovables. Y por otro lado, sigue creciendo la generación de energía solar instalada en los techos para autoconsumo, sumando energía limpia a la red”, agregó Fernández.
Actualmente en Panamá hay 270 megavatios de capacidad instalada de plantas eólicas o el 6.9% del parque instalado en el país. Esto incluye la central UEP Penonomé 1, con 55 MW; y UEP Penonomé II, con 215 MW.
En fotovoltaicas hay unas 37 plantas con una capacidad instalada de 445.1 MW o el 11.4% de la capacidad total, según el registro de licencias de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos. La mayoría de estas solares son de 10 MW o menos.
Revisión de reglas
Aunque ha aumentado el número de plantas fotovoltaicas en operación, el porcentaje de participación en el mercado es bajo, a juicio de Nanik Singh, de Potencia Verde y quien participa en el mercado de las energías renovables.
“Al final eso no nos está impactando en una energía más barata porque tenemos cargo por demanda y hay que pagarlo a las plantas térmicas, lo cual es una falla de cómo está diseñado el mercado eléctrico panameño”, comentó Singh.
Se refiere al pago por potencia establecido en los contratos para las centrales térmicas y que se tiene que cumplir aunque no se utilicen las plantas. El pago por potencia corresponde a un cargo por tener la disponibilidad de la planta eléctrica para cuando se necesite.
“Creo que la planta de Aes Colón es más de $12 millones por mes y esa planta no se utiliza ni tres meses al año cuando se acumulan las horas, lo cual no se justifica en mi opinión”, añadió Singh.
Agregó que es un error del mercado que está estipulado en los contratos y que este gobierno debió de cambiar desde un inicio para que se pague por lo que se despacha, no por lo que tal vez se necesita.
No obstante, Miguel Bolinaga, de Aes Panamá, ha señalado que si esta planta de gas natural de Aes Colón no se hubiera construido, el país habría enfrentado problemas de suministro de energía en esta temporada. De acuerdo con el registro del Centro Nacional de Despacho, la planta de Aes Colón, que tiene una capacidad de 381 MW, ha estado operado al 100% durante esta temporada seca.