Ha sido difícil determinar qué aflige al consumidor ruso, en tanto el gasto sigue siendo anémico después de casi un año de aumentos de salarios y una inflación que está cerca de la más baja de la historia moderna del país.
Sin embargo, pese a que la demanda interna comienza a mejorar, los hogares siguen sufriendo donde más duele. El ingreso disponible real, o sea el dinero que queda después de impuestos, continúa estancado, habiéndose reducido todos los meses menos tres desde fines de 2014.
Si se desglosan sus componentes, surge la imagen de una economía que tiene dificultades para recuperarse de la recesión más larga de este siglo.
Los aumentos de salarios, que representan casi dos tercios de los ingresos, hasta ahora no han compensado una disminución de los pagos de ayuda social, otra parte clave de las finanzas de los hogares.
Pero esa no es toda la historia. Otra pérdida importante en el presupuesto familiar es una caída del dinero que se gana en forma extraoficial y con la actividad emprendedora.
Los salarios grises, o no documentados, representan hasta un cuarto del ingreso disponible, según el Centro de Desarrollo de la Escuela Superior de Economía de Moscú.
La angustia se traduce en un consumo moderado de los consumidores. Los datos publicados ayer mostraron que las ventas al por menor aumentaron 1.2% anual en junio, habiendo crecido solo por tercer mes después de una contracción que duró más de dos años.
La mediana de 15 estimaciones en una encuesta de Bloomberg apunta a un aumento de 1.1%. Aun cuando los salarios ajustados por inflación subieron por onceavo mes, el ingreso disponible real tuvo crecimiento cero respecto de un año antes, según el Servicio Federal de Estadísticas.
“Todo lo que se dice sobre el crecimiento económico podría referirse solo a las grandes y medianas empresas, pero no hay recuperación en las pequeñas empresas”, dijo Dmitry Polevoy, economista jefe para Rusia de ING Groep NV en Moscú.
La reducción del porcentaje del salario que proviene de la actividad emprendedora muestra que la crisis fue mucho más difícil de superar para las firmas más pequeñas, muchas de las cuales simplemente no sobrevivieron, añadió.
Los rusos han quedado más pobres y vulnerables después de que los ingresos se derrumbaran a un ritmo sin precedentes bajo el gobierno del presidente Vladimir Putin durante casi dos años de recesión.