El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha celebrado recientemente una invitación informal para unirse a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero al líder de la petrolera estatal no le entusiasma la idea y dice que no es una posibilidad en este momento.
“Ser miembro de la OPEP, o no, no es una opción que el Gobierno brasileño esté considerando”, dijo el responsable ejecutivo de Petrobras, Roberto Castello Branco, el miércoles en una entrevista en Nueva York.
“Soy partidario del libre mercado”, agregó. “Estoy en contra de los cárteles. Brasil puede hacerlo mejor”.
Bolsonaro dijo en octubre que recibió la invitación después de reunirse con altos funcionarios de Arabia Saudita, entre ellos el príncipe heredero Mohammed Bin Salman. Se espera que la producción de petróleo de Brasil crezca con fuerza en los próximos años a medida que se perforan más reservas marinas, lo que le dará al país una mayor influencia en el mercado global.
La entrada de Brasil en la OPEP no es una propuesta nueva. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ya consideró la idea en el pasado. Petróleo Brasileiro SA, como también se conoce a la petrolera estatal, se opuso previamente a la idea, citando sus obligaciones con los inversores y tenedores de deuda, y dice que el Gobierno no tiene el poder para determinar los niveles de producción de los operadores privados.
La estatal Petrobras ha intensificado la estrategia para centrarse en la producción de crudo con el Gobierno de extrema derecha del presidente Bolsonaro. Mientras que las grandes petroleras internacionales Total SA, Royal Dutch Shell Plc y Equinor ASA se han comprometido a invertir más en energía limpia en Brasil, Petrobras ha abandonado casi por completo los planes de inversión en proyectos de energía solar y eólica puestos en marcha por dos de los predecesores de Castello Branco.

