Riesgos de la región

Estabilidad y transparencia, factores para atraer capital

Estabilidad y transparencia, factores para atraer capital
Panamá no escapa a la fuerte caída generalizada de inversión extranjera directa. En el primer semestre del año el desfase respecto al ejercicio anterior fue de 25.4%. Elysée Fernández


La seguridad, la estabilidad política, la  transparencia y la predictibilidad de las instituciones públicas son factores clave para la atracción de inversión extranjera directa, que es una fuente de progreso económico para los países de América Latina.

Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer del informe Riesgo Político de América Latina 2021, elaborado por el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile.

El informe plantea un índice de diez riesgos políticos para la región, a partir de un estudio en el que participaron casi 4,000 personas y 120 expertos. Los principales riesgos identificados son la incapacidad del Estado para dar respuesta a demandas sociales; la nueva ola de protestas en la región; el aumento de la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado; el mayor apoyo a líderes autoritarios y populistas; la inseguridad jurídica en los negocios y la inversión; la crisis migratoria; la utilización de las fuerzas armadas; el conflicto geopolítico entre Estados Unidos y China; la parálisis de la integración regional; y  el surgimiento de tensiones fronterizas.

En lo que se refiere al riesgo de la inseguridad jurídica en los negocios y la inversión, el estudio hace referencia al Reporte de Competitividad Global del Banco Mundial, que destacó entre los principales factores que afectan las decisiones de inversión la estabilidad política y seguridad, así como el ambiente legal y regulatorio.

Además, se destaca que “la falta de transparencia y predictibilidad en las relaciones con las agencias públicas y los cambios súbitos en las leyes y regulaciones, afectando eventualmente derechos ya establecidos, impactan directamente en las decisiones de inversión”, en un mayor grado que factores como las garantías a la protección de la inversión, la facilidad para obtener permisos gubernamentales o incentivos a la inversión.

Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, dijo a este diario que “lo que buscan los inversionistas extranjeros son reglas de juego claras, seguridad jurídica y que las reglas sean lo más transparentes y predecibles posibles. Los flujos de capitales se mueven rápidamente y aquellos países que ofrezcan mayor seguridad y mayor estabilidad son aquellos que serán más atractivos para la inversión extranjera”, que está menguando en la región como efecto de la pandemia.

Panamá no escapa a este fenómeno, ya que en el primer semestre la inversión foránea cayó 25.4%.

Otro factor de gran importancia para atraer inversión y para el desarrollo de los países es el combate a la corrupción. El aumento de este flagelo es señalado en el estudio como el tercer riesgo político de la región.

“La corrupción corroe las instituciones, afecta  a esa seguridad y estabilidad que requiere la inversión extranjera y demuestra un desafío que tienen muchos países de avanzar en un mayor nivel de integridad pública y privada”.

El estudio de la universidad hace referencia también al Rule of Law Index 2020. Sahd explicó que se trata de un índice sobre el Estado de derecho. Dentro de una hipotética clasificación regional, Panamá ocuparía la posición número 15 entre 30 países.

Para el experto, una conclusión que se puede extraer de esto es que “a pesar de que Panamá se ha transformado en un hub financiero que atrae inversión, que tiene el gran potencial del Canal de Panamá, tiene una deuda pendiente en fortalecimiento de sus instituciones”.

La pandemia del nuevo coronavirus ha puesto en evidencia la fragilidad de algunos estados, un aspecto que no debería pasar inadvertido. Sahd habla de una suerte de “tormenta perfecta” que considera un fuerte aumento de necesidades de la población con una limitación de los estados para dar respuesta debido a los cada vez mayores niveles de endeudamiento. “Y ese dilema vamos a ver cómo lo van a resolver los estados”, porque los efectos pueden ser de envergadura.

En su análisis, la incapacidad para resolver las necesidades de las poblaciones y la desconfianza en las instituciones “es un terreno fértil para que sigan creciendo liderazgos populistas o autoritarios que ofrecen la tierra prometida  a las personas, soluciones que se ven muy tentadoras en el corto plazo y que pueden producir un daño en el largo plazo al bienestar de los países”.

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