A medida que avanzó la pandemia, las proyecciones sobre el desempeño de la economía panameña fueron empeorando. Las últimas en conocerse corresponden al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), y constan en el informe del balance fiscal preliminar del sector público no financiero, publicado el pasado viernes y que arrojó un déficit fiscal de $5,350 millones.
Además del número absoluto, que representa la diferencia entre los gastos totales y los ingresos totales del sector público no financiero, el déficit se mide también en relación al producto interno bruto (PIB), es decir, como proporción del tamaño de la economía, resultando el año pasado en un 9.95%.
Prioridades económicas 2021
Para este año se espera un repunte de la economía, luego de la debacle de 2020. Desde el MEF se marcan entre las prioridades del año continuar con una política fiscal anticíclica que asegure los recursos para atender necesidades de salud y programas sociales; el desarrollo de un programa masivo de vacunas; apoyar el crecimiento a través de un programa de inversiones; llevar a cabo el diálogo de la Caja de Seguro Social; y seguir con las acciones para salir de la lista gris del Grupo de Acción Financiera.
Esa cifra resulta de una estimación de PIB nominal de $53,762 millones, lo que supone una contracción de $13,039 millones, si se compara con el PIB nominal de 2019, que fue $66,801 millones. Ese sería el tamaño del impacto en la economía.
En el propio documento del balance fiscal, el MEF señala que el PIB nominal utilizado en los cálculos representa una caída del 17% del PIB real con respecto al año 2019.
Desde la entidad señalan que este sería un escenario pesimista y que esperan que el dato oficial de la Contraloría General de la República, que aún no se ha publicado, refleje una contracción fuerte, pero más moderada.
En cualquier caso, el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, en una conversación reciente con este medio previa a la publicación del balance fiscal, reconoció que la caída sería de dos dígitos.
Hasta la publicación de este informe, la última estimación oficial que se conocía del MEF era una contracción de 9%.
No solo el MEF ha ido empeorando sus estimaciones sobre el impacto de la pandemia, también lo han hecho agencias de calificación de riesgo y analistas locales.
La más reciente estimación de la firma Indesa es una contracción de 18%, mientras que la agencia Fitch Ratings prevé una contracción de 17.7%. Así lo plasmó en su último informe sobre Panamá, en el que anunció la rebaja de calificación soberana de BBB a BBB-. La agencia apuntó entonces que se trataría de una contracción “sin precedentes”, a tal punto que cuando se compara con todas las economías que califica Fitch en el mundo, sería la cuarta más profunda en 2020. “Las estrictas y prolongadas medidas de confinamiento resultaron en una profunda reducción de la actividad económica”, sentenció la agencia.
El impacto provocado por las medidas de contención afectó a la mayor parte de actividades, incluidas algunas con un peso importante en la economía, como la construcción y el comercio.
A esto se unió la debilidad exterior, haciendo más profunda la caída. Alexander, que recordó que en los últimos 30 años Panamá ha registrado uno de los mayores crecimientos del mundo, dijo que al tener el país una economía abierta, “gran parte de la generación de bienes y servicios está influenciada por la situación internacional. Ese hecho de ser una economía muy ligada al mundo, realmente en momentos como este crea una situación especial”, sostuvo.