Panamá ha entrado recientemente en el debate sobre el etiquetado frontal de advertencia nutricional. Estos sistemas establecen que los productos empacados que sobrepasen los límites máximos de sal, azúcar o grasas recomendados por la Organización Mundial de la Salud, deberán advertirlo en sus etiquetas.
Con uno de cada dos adultos (62%) con sobrepeso y uno de cada cuatro (26.7%) con obesidad, esta medida supone un complemento importante para frenar este problema en Panamá. La obesidad afecta a múltiples dimensiones de la salud y está relacionada con las enfermedades que más muertes causan en el país.
En 2017, el 42% de las cerca de 20 mil defunciones tenían alguna vinculación con la mala alimentación. Encabezan la lista las enfermedades cardiovasculares, las hipertensivas, la diabetes o el cáncer. Todas ellas tienen algo en común: son enfermedades crónicas no transmisibles que en muchos casos se pueden prevenir.
Con el etiquetado frontal se favorece una decisión de compra más informada de los consumidores. Otros elementos complementarios son la regulación de la publicidad de productos que tengan más sellos dirigida a niños y niñas, y la venta de estos productos en las escuelas, como ya fue regulado con la normativa para promover alimentos saludables en kioscos y cafeterías de centros escolares nacionales. Por otro lado, la agricultura panameña y muchas empresas proveen alimentos procesados saludables y de alta calidad que favorecen la salud y la nutrición de la población. La introducción de este sistema ya se está implementado en algunos países de la región, como es el caso de Chile, Ecuador, Perú y Uruguay. Más recientemente, México y Canadá han aprobado su uso de manera obligatoria.
Algunos de estos países fueron apoyados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a través de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre, una iniciativa que busca mejorar la seguridad alimentaria y nutricional. El Estado panameño se comprometió con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En términos de salud y nutrición, el objetivo número tres establece que la salud es esencial para todos, mientras que el objetivo dos plantea la necesidad de acabar con el hambre y todas las formas de malnutrición, incluida la obesidad. Pero, para que esto sea una realidad se deben transformar las reglas del juego en favor de la salud de todas y todos los panameños.
El autor es Oficial de Nutrición de la FAO para América Latina y el Caribe