Los flujos de inversiones extranjeras directas “permanecerán tenues” en 2021 y los países en desarrollo incluso podrían registrar una fuerte caída de ese pilar crucial para su crecimiento, advirtió la ONU.
Además, la recuperación no debería llegar antes, y tomará la forma de una “U”, según explicó James Zhan, director de la sección de inversiones y empresas de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), en una rueda de prensa en la que presentó el informé anual, publicado ayer.
“Los flujos mundiales de inversiones extranjeras directas (IED) permanecerán tenues en 2021”, subrayó la CNUCYD, en un contexto económico todavía muy afectado, a nivel global, por la pandemia de covid-19.
La agencia de la ONU prevé una nueva bajada de entre el 5% y el 10% respecto al año anterior, que también estuvo marcado por un “hundimiento” del 42% respecto a 2019, hasta los 859,000 millones de dólares.
Es un 30% menos de su nivel mínimo durante la crisis financiera de 2009, y lleva el volumen de inversiones a los niveles de los años 1990.
“La verdadera recuperación empezará en 2022”, dijo Zhan.
“Los inversores probablemente continuarán siendo prudentes a la hora de dedicar fondos a activos productivos en el extranjero“, explica el informe, que también subraya que el fuerte retroceso de los proyectos de nueva creación en 2020 (-35%) es un indicador de que las IED han bajado este año. En los países en vías de desarrollo, este indicador está en rojo, y sus perspectivas para 2021 son “fuente de profunda inquietud“, según Zhan.