Este fin de semana estuve en Seattle, la tierra de: Amazon, Microsoft, Starbucks y … Dota2.
Dota2 es un videojuego competitivo en el cual dos equipos, compuestos por cinco personas cada uno, se enfrentan en batalla. Aunque existe un sinfín de videojuegos de batalla, la particularidad de Dota2 es que tiene más de 100 héroes de los cuales escoger, con habilidades exponenciales cada uno. Esto convierte a Dota2 en un juego de estrategia y visión, ya que cada movida debe contemplar una serie de elementos de antemano.
Dota2 es un videojuego clasificado dentro de e-sports o deportes electrónicos. Aunque los videojuegos siempre han tenido un carácter competitivo, los e-sports han evolucionado de competencias amateur a competencias profesionales. La industria de e-sports es una industria millonaria, con líderes del mercado como Riot, cuyo juego League of Legends genera 18 millones de dólares cada cinco días. Dota2 es un juego de Valve, compañía que genera 18 millones de dólares al mes, con una base activa de 10 millones de jugadores.
De muchas maneras, los e-sports generan ingresos exactamente como los deportes tradicionales. El juego es gratis y debes compras el equipo que vestirías. Si para fútbol tienes que comprar tacos y espinilleras, para Dota2 podrías comprar tal espada o una vida extra. Este fin de semana, estuve en Seattle en The International - el torneo mundial de Dota2, donde equipos profesionales de alrededor del mundo vinieron para pelear por un título, 16 mil personas fuimos a verlos en el estadio y 5 millones de personas lo vieron online. Y así como en el Mundial o el Super Bowl, el modelo de negocios de este evento está basado en: venta de boletos de estadio, venta de camisetas y productos del juego, el evento y los equipos.
La organización de la industria de e-sports es como la de deportes tradicionales con: jugadores famosos, agentes, comentaristas, medios que cubren/analizan los partidos y, millones de seguidores. (Lastimosamente con la misma comida de estadio también). El atractivo y el reto de convertirse en un gamer profesional es comparable al de un deportista profesional. Este fin de semana, los equipos competían por un premio final de 11 millones de dólares y todo el prestigio que viene con el haber ganado.
Aunque yo no soy gamer, la industria de e-sports me parece fascinante y llena de lecciones. Hoy les comparto dos de las lecciones más importantes que aprendí (o recordé) este fin de semana:
1. Haz productos que la gente ame: No me refiero a productos que la gente necesite ni que a la gente le gusten. Productos que la gente ame. Restaurantes donde la gente quiera almorzar todos los domingos. Apps que la gente le recomiende a todo con el que habla. Crea un producto verdaderamente bueno, que haga que tus clientes se sientan como tus fanes y que tu producto es como si fuera suyo. Hace siete años TI fue un torneo final con 100 espectadores, este fin de semana había 16k. La popularidad de este evento solo pudo crecer de esta manera con clientes/fanes/evangelizadores.
2. Del fracaso al éxito se llega practicando: Este fin de semana el equipo ganador fue Liquid, en contra de Newbee. Newbee jugó tan bien durante los cuartos de final que solo se había enfrentado a tres equipos antes. La trayectoria de Liquid fue casi un comeback después de haber tenido que ganarle a siete equipos. Muchos equipos pudieran haberse desgastado antes de llegar a la final. En vez, Liquid tomó el largo camino como una oportunidad de practicar sus habilidades, unir al equipo y llevarse el trofeo. A veces sobreestimamos las repercusiones del fracaso y subestimamos la cantidad de lecciones que trae consigo. No desperdicies la oportunidad de convertir un tropezón en una reflexión que te podría dar luces acerca de tus siguientes pasos.
Que no quepa duda de que vivimos en un mundo de infinitas posibilidades. Hay gente que puede perder su tiempo debatiendo si los e-sports son deportes reales o no. Yo en cambio, prefiero ver todo lo que se puede ver y aprender de todo de lo que se pueda aprender. Para más lecciones de emprendimiento, sígueme en Instagram @stefycohen
*La autora es promotora de emprendimiento