Se frena la venta de autos

Se frena la venta de autos


La venta de automóviles nuevos registrará en 2017 su primera contracción de esta década. El ritmo de crecimiento más lento de la economía del país ha cambiado los hábitos de compra de los consumidores. Y el sector automotor, acostumbrado a crecer a una tasa promedio anual de 10% desde 2010, no es ajeno a este escenario.

La Asociación de Distribuidores de Automóviles de Panamá (ADAP) prevé que este año las ventas caerán un 10% frente a 2016, cuando ingresaron al parque nacional 66 mil 700 vehículos nuevos. Es decir: en 2017 se venderían unos 6 mil 600 automóviles menos, según esta proyección.

El pronóstico del gremio cobra sentido en las cifras negativas de los primeros meses de 2017, que confirman la desaceleración que ha registrado el sector en los últimos cuatro años. De 2013 a 2014, las ventas crecieron 7.4%. De 2014 a 2015, 7.3%, y de 2015 a 2016, 3.0% (Ver tabla).

Patricia Vukelja, directora ejecutiva de ADAP, considera que ello se debe a patrones de consumo más conservadores, a causa de una reducción en la disponibilidad de ingresos de los consumidores.

Las cifras del comportamiento del mercado en los primeros cuatro meses del año confirman el análisis. Mientras que en el período enero-abril de 2016 se vendieron 21 mil 729, en el mismo lapso de 2017 la cifra cayó a 18 mil 886. La variación es de -13%, o 2 mil 843 carros menos.

“Se podría pensar que la gente está demorando más tiempo en cambiar de auto”, agrega la ejecutiva. Para hacer frente a este nuevo panorama, dice que las empresas están invirtiendo en mejorar su oferta de productos y servicios. Como en la renovación de sus instalaciones y talleres, nuevos servicios, introduciendo nuevos modelos de autos o realizando ferias de venta donde se ofrecen incentivos de compra.

Para el economista Daniel Oblitas Tejada, las cifras que maneja la Contraloría General de la República y la ADAP resultan de una consecuencia directa de la priorización de las familias a la hora de gastar o invertir su presupuesto.

“Están priorizando los gastos más básicos, y el auto, aunque puede ser una necesidad, está después de pagos como la alimentación, vivienda y educación”, advierte Oblitas Tejada.

Agrega que este cambio de hábito en el consumo es el resultado inmediato de la desaceleración económica del país, cuyo producto interno bruto se expandirá un 5.9% en 2017, según el Ministerio de Economía y Finanzas.

El Banco Mundial considera que lo hará en un 5.4%, después de haber registrado un crecimiento medio anual de 7.2% entre 2001 y 2013.

“Al crecer la economía a tasas menores a las que hemos registrado en años anteriores, se crea un ambiente más pesimista sobre el futuro, por una mayor incertidumbre, lo que condiciona el consumo”, agrega el economista.

Y continúa: “Si bien la economía mantiene tasas de crecimiento positivas mayores a otros países, el nivel de consumo sí está reduciéndose debido a que hay una percepción más conservadora de la economía a futuro. Es decir, las familias están cuidando sus excedentes o siendo más conservadores en pedir crédito, porque sienten que la situación puede complicarse”.

Precisamente, el crédito es un factor inexorable en la caída de las ventas, pero también del lado de quienes lo brindan. Oblitas Tejada apunta que la nueva regulación obliga a los bancos a ser más prudentes en el crecimiento del crédito, priorizando evitar clientes sobreendeudados.

La regulación a la que se refiere Oblitas Tejada es el Acuerdo No. 3-2016 de la Superintendencia de Bancos de Panamá, que establece la ejecución de las normas sobre adecuación de capital aplicables a los bancos.

más años, menos cobertura

Los autos tienen dos tipos de cobertura: las que cubren directamente al vehículo propio o los daños que el carro causa a terceros en un accidente.

El valor de un vehículo se deprecia en torno a un 15% - 20% anualmente. Y, a medida que pasan los años, se reduce también la cobertura que ofrecen las compañías aseguradoras.

No obstante, advierte el director ejecutivo de la Asociación Panameña de Aseguradores (Apadea), Carlos Berguido, la tasa de depreciación puede variar según la marca y el modelo del auto. De la misma forma que el alcance de las coberturas también puede ser distinto según la aseguradora.

Normalmente, al cabo de seis o siete años un auto de uso regular ya perdió completamente la suma asegurada. Al momento de una colisión, la aseguradora cubrirá los daños ocasionados al tercero.

“Muchas veces, en la pérdida parcial de un auto, tras un accidente de alguna severidad, resulta que repararlo cuesta más que comprarlo nuevo, o cuesta más que la suma asegurada. Eso se declara una ‘pérdida total constructiva’, en que la suma asegurada de la póliza es inferior al valor de repararlo”, señala Berguido, y agrega: “En esos casos, los clientes escogen que le den un cheque antes que estar reparando el auto”.

Cifras de la Apadea apuntan que las primas de los automóviles estuvieron por los $283.3 millones en 2016, marcando un avance de 6.1% frente a 2015. Los siniestros también subieron en los últimos años. En 2016, estos le costaron $174.4 millones, un 20.7% más que en 2015.

Al primer trimestre de 2017, se registraron primas por $68.8 millones y siniestros por $45.7 millones, un 15% más que el mismo período de 2016.

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