¿Está usted motivado? ¿Cómo se siente y cómo actúa cuando sí está motivado y, cómo se siente y cómo actúa cuando no está motivado? En mi caso, por ejemplo, estoy más motivada a estudiar que a hacer ejercicio. Ojalá estuviera igual de motivada para hacer ambos. Por un lado, sé que estoy motivada para estudiar porque no necesito que nadie me empuje, me empujo yo misma. Me esfuerzo aun cuando no es por nota o el profesor no lo ha solicitado, porque siento que mi esfuerzo impacta mi aprendizaje. Y lo que quiero es aprender. Por otro lado, sé que no estoy motivada para hacer ejercicio porque necesito un sistema mucho mayor que mi deseo/fuerza de voluntad/ disciplina para dejar el chocolate y subirme a la elíptica. Además, los momentos en los que he sido más diligente con el ejercicio tienen que ver con un factor externo (una fiesta, el verano) más que con una razón interna. Mi motivación se expresa mejor en una serie de acciones y mi falta de motivación se expresa mejor en una serie de ideas y deseos que se quedan cortos. La motivación es una fuerza que nos lleva a actuar con un objetivo en mente. A veces, esa fuerza es interna. Otras veces, esa fuerza es externa. Y dependiendo del tema, la tarea y la ocasión, estamos motivados para unas cosas y desmotivados para otras. Sin embargo, la motivación no es (o no tiene que ser) una fuerza fuera de nuestro control. Si entendemos qué es la motivación y de dónde proviene – sería posible reconfigurar los elementos que nos permiten sentirnos motivados. Existen distintas teorías de motivación que más que contrariarse, se complementan.
Hoy quisiera escribir de una teoría de motivación personal: Teoría de atribución. De alguna manera, esta teoría ilustra cómo nuestra percepción de eventos pasados influye nuestra motivación de eventos futuros. Por ejemplo, si exitosamente cumplimos un tipo de proyecto es probable que pensemos que lo podríamos volver a hacer, lo que nos llevaría a querer hacerlo. Entonces, las condiciones a las cuales le atribuimos ese éxito se convierten en la referencia de nuestra motivación. Existen tres categorías de razones: fuente, estabilidad y control.
a. Fuente: examina si la causa del evento fue interna o externa. ¿Nos fue bien por nuestro esfuerzo o nos fue bien porque recibimos ayuda de algo/alguien más?
b. Estabilidad: examina si la causa (interna o externa) es estable o inestable, es decir, si se puede modificar o no. Por ejemplo, si atribuimos nuestro éxito pasado a una fuente interna como el esfuerzo, se puede modificar si concluimos que nos podemos esforzar un poco más. c. Control: examina si la causa de nuestro éxito está dentro o fuera de nuestro control – qué tanto poder tenemos para efectuar las modificaciones.
La combinación ganadora de condiciones que usualmente resultan en motivación es: fuente interna, inestable, controlable. Si pensamos que nuestros logros son el producto de nuestro esfuerzo, que siempre podríamos esforzarnos más, y que podemos controlar nuestro desempeño – probablemente terminaríamos sintiéndonos orgullosos, optimistas y empoderados para hacer más y mejor. Si en cambio, quisiéramos echarle la culpa a alguien más por nuestros fracasos, por razones fuera de nuestro control o que no van a cambiar – probablemente terminaríamos avergonzados, frustrados y derrotados.
Ahora, ¿cómo utilizamos esta teoría para impactar nuestra motivación? Empezar a usar esta teoría y este vocabulario, nos ayudará a empezar a analizar nuestras creencias de nuestro éxito o fracaso. Las personas más motivadas tienen creencias positivas acerca de cómo pueden lograr sus objetivos y las personas menos motivadas, tienen creencias negativas acerca de cómo se les dificulta lograr sus objetivos. Lo primero que tenemos que hacer para manejar nuestra motivación es tomar responsabilidad acerca del resultado de nuestras acciones. Así sean positivos o negativos. Solo cuando nos consideramos los responsables de lo que nos ocurre, tendremos el poder de intentar más hasta lograr lo que nos proponemos. Para empezar este lunes con el pie derecho, pregúntate: para qué tarea de esta semana te falta un poco de motivación. ¿Por qué? Piensa cuál es la fuente, estabilidad y control que tienes acerca de esa tarea y qué podrías hacer para que esté y sentir que está, en tus manos.
La autora es promotora de emprendimiento