Para mejorar la conectividad de Panamá y sacarle provecho al turismo náutico, un consorcio desarrollará el Puerto Barú, una infraestructura multipropósito que estará ubicada en el Golfo de Chiriquí.
Además de pasajeros, la terminal permitiría movilizar fertilizantes, agregados, combustibles y productos agroindustriales, detalló Ismael González, director del proyecto, durante su presentación en CADE 2021, “Reimaginando la Región Occidental”.
El proyecto se encuentra en la etapa inicial, que incluye los estudios para concretar la obra que representa una inversión de más de $40 millones y que podría estar funcionando en 24 meses. Durante la etapa de construcción se calcula que generará 249 empleos directos, 110 indirectos y 540 inducidos.
El puerto, que le abriría oportunidades a los productores e industriales del área, tendría 500 metros de muelle con posibilidad de extenderlo hasta 850 metros, con un dragado de entre 7 y 9 metros.
La inversión está a cargo del consorcio Desarrollo Multimodal Barú, S de R L, liderado por inversionistas de Estados Unidos y Panamá relacionados con la industria marítima, entre ellos, el exadministrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta; James Wiese, vinculado a la construcción de puertos en Panamá, y Chad Barron, como el enlace con los inversionistas en Estados Unidos. González dijo que el grupo trabaja en coordinación con las entidades gubernamentales, las universidades y la empresa privada.
Como principio buscan la sostenibilidad y compatibilidad socio-ambiental del proyecto, con la participación ciudadana y los actores de desarrollo de la región.
Entre las justificaciones para desarrollar la terminal, González mostró la imagen de un buque de pasajeros que cada año llega al Golfo de Chiriquí con aproximadamente 400 personas, entre tripulantes y pasajeros, que no pueden ser recibidos por falta de infraestructura.
El puerto estará ubicado en un sitio del Golfo de Chiriquí conocido como puerto Cabrito, a 20 kilómetros de la ciudad de David. Pese a que se trata de un proyecto que el grupo comenzó a gestar hace poco tiempo, fue visionado en 1960 por el empresario estadounidense Daniel Ludwig, conocido como el “billonario invisible”. En aquel momento se propuso plantar 4 mil árboles de naranja en Chiriquí para exportar el jugo concentrado. Aunque comenzó a dragar el lugar para el puerto, el proyecto no se concretó por complicaciones con el gobierno de turno, narró González.