El deseo de aprender un nuevo idioma llevó a Elvis Ramírez a relacionarse con personas que le abrieron el camino hacia su nuevo modelo de negocio.
En 2012, Ramírez, oriundo de la comarca Guna Yala, viajó a Singapur para un proyecto bancario. En ese momento la falta de dominio del idioma inglés se convirtió en su peor obstáculo. Su promesa al retornar a casa fue capacitarse para aprender este idioma.
En su afán por conocer una nueva lengua y otras culturas fue como logró relacionarse con varios extranjeros, quienes mostraron interés por visitar y explorar las playas y paisajes refugiados en su tierra, la comarca Guna Yala.
En principio la idea fue descabellada. Él no sabía nada respecto al negocio turístico, ni mucho menos organizar un viaje. Toda su vida laboral fue en un banco internacional, sumando números, lejos de los cayos holandeses y limones.
A pesar de su temor, se atrevió y organizó junto algunos familiares que viven en la comarca la expedición. Fue así como en 2012, con 35 personas de diferentes países, emprendió el primer viaje turístico hacia el archipiélago de San Blas.
“A estas personas les gustó tanto la forma, el trato y la logística con la que se hizo el viaje, que luego volvieron a contactarme y a recomendarme”, asegura.
Ya con una cartera de clientes formalizada, este joven emprendedor necesitaba darle a sus clientes un servicio más personalizado. Decidió asociarse con un primo y comprar su primera lancha.
El empresario asegura que obtener el financiamiento para arrancar un negocio es difícil. “En los bancos siempre te prestan dinero cuando ya tienes un historial de crédito con la compañía, pero antes no”.
Sin embargo, este obstáculo no lo detuvo. Su experiencia durante 11 años trabajando en una entidad bancaria le permitió organizarse financieramente para pedir un crédito personal.
“Esa primera inversión me trajo mejores frutos y ahorrar para luego comprar una camioneta 4x4”.
Ya con los implementos necesarios y una página web diseñada y programada, decidió montar su propia agencia de turismo bautizada como Joe Brown Adventures.
“Actualmente me dedico 100% a esta actividad turística”, sostiene el emprendedor.
En un mercado como el de Guna Yala, en el que existen cerca de 200 guías censados, alrededor de 30 “touroperadores” y 300 tipos de cabañas turísticas, prestar el mejor servicio se convierte en un reto de supervivencia.
A diferencia de otras agencias de turismo que se dedican a hacer viajes a las playas de San Blas, Joe Brown Adventures mantiene alianza con varias agencias internacionales como Tripadvisor y Freetour. Capacitamos constantemente a nuestro personal y aceptamos tarjetas de crédito como modo de pago, asegura Ramírez.
Agrega que en este tipo de negocios hay que enfocarse en atender bien al cliente y brindar la mejor calidad. También apuesta a un precio justo.
Uno de los paquetes que maneja la agencia de turismo es el day tours por un costo de $125. “Eso cubre el traslado en auto desde el hotel (ubicado en la ciudad de Panamá) hasta el puerto de Cartí, el impuesto de las entradas, visita a dos islas y la piscina natural, un almuerzo de la pesca del día, una botella de agua, prácticas de esnórquel, seguro de accidentes y acceso a wifi en caso de que los turistas se quieran conectar en internet en la vía terrestre”.
Advierte que este precio no incluye bebidas ni entrada a la comarca. Si es un turista nacional o residente tiene que pagar $5, mientras que un extranjero deberá pagar $20.
Los estadounidenses, argentinos y europeos son las personas que más viajan hacia la isla, asegura el emprendedor.
Explica que el año pasado trasladó a más de mil 200 personas entre extranjeros y nacionales a las playas de la comarca Guna Yala.
El empresario asegura que uno de los retos en su modelo de negocios es la logística, ya que la tecnología no ha llegado a la comarca y es muy difícil la comunicación con el equipo en la isla.
Para tener éxito en un nuevo modelo de negocio, el fundador de Joe Brown Adventures recomienda capacitarse. “Pienso que la educación juega un papel importante en esto. Quien quiere emprender y no se actualiza está destinado al fracaso”, dijo.