Siete estudiantes del Laboratorio Jurídico de la Universidad Católica Santa María La Antigua (USMA) prepararon, bajo mi coordinación ad honorem, la investigación: Cumplimiento del sector bancario panameño con la ley 56 de 2017, que establece las cuotas de género en las juntas directivas. La ley 56 requiere que el 30% de los directores de un banco sean mujeres.
El trabajo, que se hace público a finales de julio -mes del 4to aniversario de la ley 56- , se fundamentó en la revisión de la información pública disponible de 39 bancos, a los cuales conforme al Acuerdo 8-2019 de la Superintendencia de Bancos de Panamá, les aplica la normativa.
La investigación destaca que 39 bancos tienen 344 directores. Hay 271 hombres (79%), 73 mujeres (21%). La ley 56, debidamente cumplida, implicaría que 104 directores (30%) deberían ser mujeres.
Hay 31 mujeres directoras menos de las que establece la ley. Solo 11 de los 39 bancos (28%) cumplen con la ley, 28 bancos (72%) no cumplen.
La intención de la investigación ha sido, por una parte, exponer a los estudiantes al tema novedoso de la inclusión. Es una tendencia en lo que se conocen como aspectos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) que imperan hoy en el gobierno corporativo moderno.
Por otra parte, enseñarles, con un ejemplo concreto, que en Panamá existe un problema de adopción de leyes que luego no se hacen cumplir.
En el caso de la ley 56, los estudiantes pudieron medir su grado de cumplimiento y analizar las causas de su incumplimiento, sin consecuencias. Concluyeron que este obedece a varios factores.
Destacándose una falta de voluntad que se manifiesta en una ley aprobada en una forma, y luego desarrollada, en forma contraria a su letra y espíritu. Ello mediante normas reglamentarias que intentan facilitar su no cumplimiento por algunos obligados, por ejemplo, bancos usando el sistema de cumplir o explicar, en lugar de cumplir.
La profesora de la Universidad de Nueva York, Alison Taylor, ha manifestado que en sus clases, las discusiones más dinámicas son sobre diversidad e inclusión.
Puedo confirmar que las cerca de 20 sesiones de trabajo con los autores del estudio han sido muy enriquecedoras. Sus aportes dan esperanza sobre el futuro.
En el mundo, las conversaciones sobre equidad de género e inclusión se están dando en las universidades, en las juntas directivas y departamentos de recursos humanos y en las asambleas de accionistas. Como reporta el Wall Street Journal (15.6.21), el Banco Central Europeo quiere incluir la diversidad de género como criterio para aprobar a los miembros de las juntas directivas y a los ejecutivos de los bancos.
La ley 56 ha sido un primer paso, pero necesita su cumplimiento real, o en su defecto su derogatoria. El híbrido actual no es positivo ya que ha sido reglamentada de forma que se ha diluido su cumplimiento, como lo demuestra la investigación. Por respeto al Estado de derecho, este problema debe ser conocido, estudiado, entendido y superado. Es el valioso aporte del estudio.
El autor es abogado