El sector cafetalero panameño gestiona una serie de medidas que le permitan recuperar las más de 4,760 hectáreas que se han dejado de cultivar en el país en la última década.
A través de la Cadena Agroalimentaria de Café se presentó un plan al Gobierno en el que se solicita realizar un censo agrícola para conocer la cantidad exacta de hectáreas dedicadas al cultivo del grano en Panamá.
Esta información, según lo productores, es vital para diseñar una política agropecuaria que les permita recuperar el parque cafetero.
En la propuesta también recomiendan el desarrollo de un estudio de suelo que permita identificar cuáles son las zonas en el país más apropiadas para el cultivo de café.
Gregorio Fillis, presidente de comité de la Cadena Agroalimentaria del Café, manifestó que este plan de recuperación se venía trabajando desde hace varios años y ahora se profundiza en su actualización para potenciar el cultivo de las variedades robusta y arábiga. La primera categoría se cultiva en tierras bajas (temperatura caliente), y la segunda en tierras altas que superan los 2,000 metros sobre el mar.
Otra medida que ayudará a la recuperación del sector es la reciente inclusión de algunas variedades de café a la lista de productos sensitivos. Así como también la modificación del arancel de importación para el café instantáneo (soluble) y tostado.
El Consejo de Gabinete aprobó modificar el arancel del café tostado (sin descafeinar) del 54% al 60%. Mientras que el café soluble se restableció al 81%, valor tope permitido por la Organización Mundial del Comercio. En 2010 este arancel se redujo al 10%.
A la lista de productos sensitivos se añadió el café en cereza, pergamino, oro, descafeinado, en cáscara y cascarilla. Además de los sucedáneos del café, el grano instantáneo y pastas de café.
La actividad cafetera en los últimos años muestra una clara tendencia a la baja. En el ciclo agrícola 2013-2014 se produjeron en el país 223,196 quintales de café, producción que cayó a 160,649 quintales en el periodo 2019-2020. La cifra representa una disminución del 28%, según el Decreto de Gabinete N.º 24 del 21 de julio de 2020, publicado en Gaceta Oficial N.º 29077-B, del 27 de julio de 2020.
El aumento de las importaciones, el ataque de plagas, como la roya del café, y una baja en la rentabilidad de la actividad provocaron una deserción en el campo.
“Muchos productores al ver que la actividad perdía rentabilidad la abandonaron y vendieron sus fincas”, recordó Norberto Suárez, presidente de la Asociación Nacional de Beneficiadores y Exportadores de Café de Panamá.
Los miembros de la Cadena de café, integrada por productores, exportadores, tostadores y compradores, también gestionan con el Ministerio de Comercio e Industrias que las importaciones del grano se aprueben a través de este organismo, como se hace en la compra de arroz, papa y cebolla.
Igualmente proponen al Gobierno el establecimiento de una normativa especial para realizar análisis químicos a los productos importados que vienen tostados.
El objetivo es que la actividad en toda la cadena productiva sea rentable, que se entreguen productos de calidad y que sea un pilar de la economía agrícola del país.