Insólito caso de Seagate pasó por debajo del radar público

Insólito caso de Seagate pasó por debajo del radar público
El proceso de liquidación ha transcurrido en medio de la pandemia. Al ser una casa de valores pequeña, pasó desapercibido el trasfondo de lo que ocurrió. Archivo


El proceso de liquidación forzosa de Seagate Capital Corp. ha dado relevancia a un escándalo financiero que tocó a decenas de clientes y que puso nuevamente a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) en el ojo de la tormenta.

A través de la Resolución SMV-458-2021 del 7 de octubre de 2021, publicada en Gaceta Oficial No. 29428 del 3 de diciembre de 2021, la SMV da cuenta de los avances del proceso y comunicó que se impuso la multa máxima de $1 millón a la casa de valores por irregularidades relacionadas con la presentación de información falsa y engañosa.

Se trata de un proceso de investigación que empezó bajo el mando de la entonces superintendente Marelisa Quintero, en el cual finalmente se detectaron faltas de controles internos en las cuentas de inversión, la no aplicación de políticas y aprobación de márgenes a clientes, así como el mal manejo de cuentas propias y de clientes, lo que conllevo al proceso de liquidación forzosa.

La multa, aplicada por la SMV bajo la actual administración del superintendente Julio Justiniani, es promocionada como un hito relevante, aunque se sabe que es remoto el cobro de estos fondos.

La SMV le ha impuesto a Seagate multas menores que no ha podido cobrar, y la entidad está en una lista de acreedores en igual condición. Además, en un proceso de insolvencia civil que está en curso, los clientes de la casa de valores tienen prioridad.

Más allá de la sanción, el trasfondo del caso es el mimetismo que lograría tener el ejecutivo Luis Ángel Jiménez, quien en su último cargo fungió como vicepresidente de tesorería de Seagate.

Jiménez, quien sería pieza clave de las irregularidades que se daban y supuesto beneficiario de las movidas financieras, de acuerdo con las resoluciones del proceso, es la misma persona que en diciembre de 2012 fue nombrada por el entonces presidente Ricardo Martinelli, como miembro de la junta directiva de la SMV.

Su relación con Seagate empezó en 2012, cuando se inició como corredor de valores en la empresa el 3 de diciembre, para luego ser nombrado en la directiva de la SMV.

Ambos sombreros le asegurarían confianza entre los inversionistas. Pero años más tarde, mientras Jiménez se dedicaba a dar charlas en las universidades de cómo funcionaba el mercado de valores y dictaba cursos a funcionarios sobre las modalidades de lavado de dinero, a lo interno de la SMV sonó el pitazo de que algo estaba mal. Un cliente se aproximó a reclamar fondos de los cuales no tenía respuesta.

Jiménez, aparentemente previendo lo que estaba por venir, - pero sin levantar tanto polvo- presentó su renuncia a la directiva de la SMV el 31 de julio de 2018.

A lo interno del colegiado habría indignación, según cuentan varias fuentes. Pero en ese momento aún estarían lejos de saber cómo se estaría manejando la casa de valores y el rol protagónico que tendría Jiménez, el ejecutivo con quien compartían mesa en la toma de decisiones.

La SMV inició una serie de inspecciones ordinarias, encontrando el faltante de efectivo en cuentas de custodia en 2018. Las investigaciones consideraron información financiera desde 2016.

En 2018 se ordenó la reorganización de la casa de valores, motivada principalmente por la falta de disponibilidad de efectivo de clientes en la cuenta de custodios; lo que se reflejaba al conciliar los estados de cuenta de clientes con los estados de cuenta de los custodios.

El faltante era de $4.8 millones, por lo que en medio de un proceso de reorganización se les solicitó a los accionistas de Seagate la capitalización de la empresa. Pero al no hacerle frente al requerimiento, se inició un proceso de liquidación en 2019.

Fue en esta última etapa en la que quedó evidenciado lo que estaría pasando tras bastidores.

Aunque los documentos eran públicos, la SMV mantuvo el caso con muy bajo perfil.

Era un golpe a la credibilidad tener como presidente de la junta directiva de la SMV ( en 2017) a una persona que habría manejado de forma irregular el dinero de sus clientes.

Básicamente Jiménez habría invertido el dinero de sus clientes como si se tratara de fondos propios.

Esto hubiese sido imposible para cualquier mortal, pero él habría tenido acceso a servicios tecnológicos de la casa de valores y los fondos estarían a su alcance de forma absoluta.

¿Cómo lo habría hecho? La casa de valores manejaba una cuenta ómnibus. Se trata de cuentas de valores en las que se concentra la participación de una multitud de inversores, de modo que pueden acceder a productos que de otro modo estarían fuera de su alcance.

Jiménez, era ejecutivo de la casa de valores y también era cliente. Para financiarse, en su cuenta personal utilizaría la cartera de los clientes.

Al momento de tener problemas, esto ocasionaría que los activos de los clientes quedaran garantizando sus pérdidas.

Todos los caminos conducen a Roma

Con el descalabro de Seagate también quedaron rastros que vinculan a esta empresa con Financial Pacific, la casa de valores liquidada que dejó como saldo investigaciones por la posible comisión de los delitos de fraude financiero y blanqueo de capitales, uso de información privilegiada y corrupción de servidores públicos, derivados de transacciones a través de sus cuentas.

En el proceso de liquidación de Financial Pacific y como parte de una relación contractual, se traspasaron a Seagate una serie de valores que no se habían podido liquidar o vender.

Se informó que dichos títulos no tenían valor de mercado, que algunos debían darse de baja porque su costo supuestamente era más alto que su liquidación.

Sin embargo, se pudo constatar que estos títulos habrían pasado a la cuenta de inversión Fairlady International, perteneciente a Jiménez, como beneficiario final.

La cuenta de inversión habría obtenido beneficios producto de la venta de dichos títulos y de aquellos que se mantuvieron en custodia. Sería una movida sospechosa entre el liquidador de Financial y Seagate, de acuerdo con los entendidos en la materia.

Sobre este caso se esperan más procesos y sanciones administrativas y penales.

En su momento, la SMV notificó de los hechos al Ministerio Público, que realiza las respectivas investigaciones del caso.

El proceso de liquidación, que en su última etapa estuvo al mando del abogado Carlos Barsallo, pudo recuperar un 88% de los activos de los clientes, entre efectivo y valores. Quedó un faltante de 12%, que corresponde aproximadamente a $5 millones.

Con una demanda civil presentada se espera tener resultados favorables para recuperar lo que se le adeuda a los clientes de la casa de valores Seagate.

La SMV indicó a este diario que la entidad todavía se encuentra en recuperación de activos a través de un proceso judicial instaurado durante la liquidación que se está ventilando en el Juzgado 13 de Circuito de Panamá.

Al cierre de esta edición se intentó hablar con Jiménez o sus abogados, pero fue imposible. En el proceso de liquidación se le ha notificado de medidas a través de edictos.


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