El juego que apenas empieza

El juego que apenas empieza


Hiram Cañizales, el gamer, el empresario y emprendedor. Una especie de unicornio para los entendidos en la materia, pues generalmente a quien le apasionan los videojuegos no necesariamente le interesa el mundo comercial detrás de estos.

Puede hablar de las cifras que empujan a la multimillonaria industria, de las tendencias, el mercado cautivo en Panamá y las oportunidades de negocio.

Junto a un grupo de inversionistas y programadores, Hiram ha creado la primera plataforma de videojuegos que de forma remota conecta a todo un país para combatir en torneos. Una especie de coliseo en internet en el que se libran batallas entre gladiadores, luchas titánicas por territorios, partidos de fútbol o pruebas entre estrategas.

“La revolución de los e-sports ya está aquí”. Con esa frase el portal LAPGL le da la bienvenida a quienes asoman sus ojos al novedoso mundial digital, en el que todo lo puede.

Exportación a la vista

La plataforma ya está disponible en Panamá, y convocando a un torneo próximo. La idea es que el otro año esté operativa en los países centroamericanos, Ecuador y Colombia, con un alcance final en toda Latinoamérica. Hiram y el equipo que trabaja a su lado reconocen que Panamá es un mercado pequeño, y para crecer se necesita cruzar las fronteras.

Le apuestan, desde el acelerador de la Ciudad del Saber, a una enorme industria, abriendo camino con su proyecto pionero.

A nivel internacional, las competencias profesionales de videojuegos llenan estadios en Berlín, Nueva York o Madrid. Alrededor de 300 millones de personas siguen regularmente los deportes electrónicos. Hiram espera despertar esa fiebre en Panamá.

El mercado, principalmente, son personas en un rango de edad entre los 18 y 30 años, amantes de las consolas, los juegos y la competencia.

“No faltaron los que me miraron como un loco”, recuerda, convencido de que son estas críticas las que usualmente derrotan a los emprendedores, lo que al final del día se traduce en menos competencia para los que resisten el bullying, incluso de sus familias.

La revolución de la que hablan en LAPGL es un tema hasta ahora desconectado de los medios tradicionales de comunicación, porque precisamente es en internet donde cohabita todo su público.

El camino

Hiram comenzó en estos andares desde 2002. Ingeniero electromecánico, graduado de la Universidad Tecnológica de Panamá, empezó su experiencia profesional impartiendo clases de matemáticas.

De aquella época quedan buenos recuerdos, pero hoy reconoce que no era lo que le llenaba el alma. Tratando de tapar el vacío, aplicó a plazas en las que se requería de un ingeniero electromecánico, pero la falta de experiencia pesaba en su contra. Y cuando se presentaba a posiciones técnicas, entonces le sobraba currículum.

Cansado de estar en ese rejuego inestable del mundo laboral, y ya descubierto su interés por los videojuegos, decide abrir una pequeña sala de juegos en 2002. Empezaba la creación del ecosistema que cada día toma más fuerza.

El negocio le ayudó a entender el comportamiento de los jugadores, sus necesidades y las oportunidades de negocio. Tocaba el turno de meterse de lleno en la producción de Freax, un programa televisivo en el que los videojuegos eran la esencia de las conversas y escenas.

También organizó I-Con, una feria de entretenimiento digital que en todas sus versiones fue rentable. Y los torneos de juegos, que hoy son digitales, en el pasado fueron convocatorias presenciales a las que asistían cientos de personas.

“Siempre tuvimos buena facturación, pero sabíamos que había limitaciones para seguir creciendo con ese modelo”, reconoce Hiram, sin olvidar el cubetazo de agua helada que recibió de la industria, cuando las grandes marcas, en una feria en Brasil, aplaudieron su iniciativa, pero renunciaban a la idea de apoyarlo con financiamiento o pauta porque Panamá era un mercado muy pequeño.

Ahora, con LAPCL no hay límites. La plataforma, tendrá su hub en Panamá, pero podrá utilizarse en la región. Los jugadores pagan, a través de tarjetas de crédito, por participar en las competencias y se “juntan” en una fraternidad de gamers.

Al mismo tiempo, Hiram maneja los hilos de un canal de Youtube, que es el vínculo publicitario que arrastra más jugadores al portal. La ecuación del “profe” de matemáticas está dando resultados.

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