Un porcentaje importante de las personas que viven en Panamá no estuvieron presentes el día que Estados Unidos entró con su fuerza letal al país con el único objetivo de retirar del poder a un solo hombre: Manuel Antonio Noriega.
La historia que comenzó en 1968 concluyó el 20 de diciembre de 1989 con la muerte de miles de panameños inocentes que fueron abatidos por la fuerza militar del mayor ejercito del mundo, que utilizó en Panamá armamento de última tecnología.
Ahora, que se cumplen 30 años de la invasión norteamericana, es hora que los guías panameños se retroalimenten y narren los hechos como ocurrieron, pero no solo como terminó, sino narrar la historia desde sus inicios.
Los visitantes deben conocer lo qué pasó en nuestro país, es parte de la historia que no debe quedar en el olvido para que no se repitan los mismos errores.
Además de la labor de los guías, las escuelas y universidades de turismo deben incluir en su contenido la materia de las relaciones entre Panamá y Estados Unidos.
No podemos negar la influencia de la cultura estadounidense en nuestro país y los viajeros necesitan conocer esa información.
Todos los esfuerzos de promoción turística se están enfocando en Estados Unidos y Canadá y con más razón es necesario que las personas que tienen contacto con los turistas manejen el tema como realmente ocurrió y no alterar los detalles. Debemos hacer gala en cuanto al conocimiento de lo que somos como país, nuestras tradiciones, vida pública y hechos históricos que describen como nación independiente y progresista.
Todos estamos obligados a ser parte de este esfuerzo como aporte en el desarrollo de nuestro turismo y los operadores receptivo debemos también manejar los hechos históricos.
En el turismo intervienen muchos actores desde el personal de las aerolíneas, aeropuertos, taxistas, transporte privado. La historia que transmitimos a los visitantes debe ser homogénea y con sentido, y para lograrlo las autoridades deben unificar los conceptos que se plasmen en los libros de historia.
Lo cierto es que no se pueden ocultar los hechos que ocurrieron hace 30 años, eso hablaría mal de nuestra identidad como panameños.
La historia de Panamá es larga y rica en detalle. Desde que surgió el istmo y separó los mares, Panamá ha tenido un papel en la historia regional y mundial. Nuestros museos deben ser una ventana a ese pasado para que los nacionales y extranjeros conozcan qué paso en este pequeño territorio y las consecuencias que tuvieron esos hechos.
El turismo es vivencia y eso es lo que están buscando los turistas, ellos quieren conocer la verdadera historia de los destinos que visitan y Panamá tiene mucho que contar.
El autor es operador de turismo receptivo.