El cambio ha sido un tema fundamental en la historia humana y en todos los aspectos de la vida, desde la filosofía y la biología hasta la gerencia. Ya Darwin en su teoría de supervivencia del más apto lo había planteado: “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.
Heráclito, un filósofo griego del año 540 antes de Cristo decía que “no hay nada permanente, excepto el cambio”.
Estas reflexiones aplican exactamente igual para la gerencia y las organizaciones actuales están expuestas a procesos profundos de cambio. Liderar en la complejidad implica comprender que vivimos en tiempos volátiles, con ciclos de cambio más profundos, más rápidos y con más riesgos; también en entornos donde la incertidumbre es la norma, multifacéticos e interconectados, con cambios ininterrumpidos.
Pero es importante destacar que el cambio tiene que ver con las personas, los procesos y la tecnología son herramientas para transitar de un punto A a un punto B, pero el cambio real en las empresas tiene que ver con las personas y la cultura organizacional.
Ante el cambio y la transformación digital nadie está vacunado y en palabras de Eric Hoffer, un reconocido filósofo y escritor estadounidense, “en tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”.
Hay distintos roles para afrontar el cambio con éxito en una organización, desde la definición estratégica, el análisis de entorno e incluso el instinto gerencial, pasando por la revisión de los modelos de negocio, las estructuras organizacionales, los procesos y la gestión humana relacionada al cambio; entre otros aspectos. Pero hay un proceso transversal que habilita todos los anteriores y hace posible la evolución que se busca alcanzar: la comunicación.
Es conocido que la gente se compromete con aquello en lo que cree, por lo tanto, el desarrollo de confianza y comprensión en torno al cambio sentará las bases para una efectiva transformación. Por ello, la comunicación es un pilar fundamental para el desarrollo exitoso de estos procesos, porque permite conectar a la gente con el cambio, generar conocimiento, comprensión y asimilación de las exigencias para el desempeño futuro.
Tal como lo planteaba Roberto Alvarez, un reconocido consultor de la multinacional Accenture en su libro e-Change: el lado humano de la Economía Digital, en la era de la economía digital hay que desarrollar estructuras organizativas ágiles, diseñadas para la adaptabilidad y no para la durabilidad.
En este sentido, no sólo se trata de cambio y transformación digital, también e igual de importante es la transformación cultural. Lo primero tiene que ver con la tecnología, lo segundo con la gente a la que hay que acompañar, dar el equipamiento para que puedan asumir los nuevos desafíos y guiar con un liderazgo participativo el proceso de evolución.
El autor es consultor en comunicación estratégica
