Los efectos adversos de controlar intereses

Los efectos adversos de  controlar intereses


Más allá de las restricciones legales que imposibilitan el control de los interés en un país como Panamá, en el horizonte se observan y analizan distorsiones que podrían generarse en caso de que prospere el anteproyecto de ley que pretende imponer topes a las tasas bancarias.

Hace dos semanas se presentó en la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley en el que se estipula que los bancos podrán fijar el monto de las tasas de interés activas y pasivas de sus operaciones, con un tope de 1.25% mensual, como tasa efectiva máxima de interés.

El documento detalla que se busca que el costo del dinero dado en préstamos o facilidades crediticias sea bajo parámetros de valores justos, de acuerdo con la realidad económica y financiera del país.

Una reducción de interés es algo que cualquier cliente tomaría como algo positivo, después de todo tendría que pagar menos por el dinero que se le prestó.

Sin embargo, los topes artificiales a las tasas de interés tendrían el efecto inmediato de disminuir la oferta de préstamos al mercado.

Habrá quienes pongan por delante el hecho de que en este momento no pretenden pedir dinero prestado, así que tal efecto adverso no es algo que les preocupe, pero cuando pase la tempestad económica en la que se encuentra el país podrían resultar lesionados.

En esta discusión es primordial entender que Panamá tiene un sistema monetario autónomo que descansa en el uso y aceptación del dólar como moneda de curso corriente.

Por ello, no se cuenta con un banco central ni con una autoridad monetaria para regular las tasas de interés.

Carlos Berguido, presidente ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá, respondió tres preguntas claves para entender el tema:

¿Cuál es el efecto inmediato de fijar topes a las tasas de interés?

El efecto inmediato de una medida como esta sería que las entidades dejen de prestar en segmentos percibidos como de alto riesgo y alto costo, para concentrarse en áreas que son percibidas de menor riesgo y que tienen mayores garantías.

En otras palabras, los que tienen mejores garantías, más seguridad y mejores ingresos seguirán teniendo acceso a créditos, pero las personas de menores recursos y las empresas con menos garantías, que son los que más necesitan del crédito quedarían excluidas.

¿Qué define los intereses?

En la mayoría de los países las tasas de interés básicas, tanto activas como pasivas, son definidas por el banco central, que es el emisor de la moneda, controla la política monetaria, y administra las tasas de interés.

Luego, los bancos del sistema piden prestado al banco central, o a sus ahorristas, y prestan a sus clientes a tasas comerciales más elevadas, pero la tasa de interés básica la fija el banco central emisor de la moneda nacional.

En el caso de Panamá, que no cuenta con moneda propia, ni banco central, ni política monetaria, nuestras tasas de interés son fijadas por la libre oferta y demanda de fondos a nivel internacional y local.

Estos intereses están fijados en función de las tasas que cobran los bancos internacionales y otros acreedores de bancos en Panamá. No son fijadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos, pero son altamente sensitivas a sus decisiones.

Los bancos que son parte del sistema monetario de los Estados Unidos piden prestado en dicho sistema a la tasa corriente, y luego prestan a los bancos de Panamá a una tasa comercial que les produzca un margen positivo aceptable.

¿Han analizado qué pasaría en el sistema si se fijan topes?

Las tasas pasivas, que son las que se pagan a los ahorristas, a los acreedores, y a los inversionistas son altamente fluctuantes y volátiles. Si se fijan topes, se corre el riesgo de un aumento súbito en el costo de fondos, que reduzca o elimine el margen entre las tasas activas (las que se cobran sobre los préstamos) y las tasas pasivas (las que se pagan por los depósitos y a los acreedores o inversionistas), haciendo imposible el pago de intereses, o el pago de la administración del banco.

En otras palabras, se pone en riesgo la sostenibilidad del sistema financiero.

En la mayoría de los países con economías de mercado exitosas se ha eliminado la regulación y los topes a las tasas de interés, pues han sido testigo de sus efectos adversos.

El reciente ejemplo de Costa Rica ilustra como políticas de fijar topes a las tasas de interés, seguramente bien intencionadas, han tenido el efecto contrario, dejando a cientos de miles de personas de estratos más humildes, sin acceso a préstamos por tarjeta de crédito.

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