No es que el hambre afecte a las personas de los países más pobres o que la obesidad sea un problema de los países ricos. La malnutrición, en todas sus formas, es un problema global.
El término malnutrición se refiere a mala nutrición por diversas causas: comer muy poco o mucho, combinar incorrectamente los alimentos, ingerir alimentos con poco o ningún valor nutricional, o alimentos contaminados.
Es frecuente encontrar personas con diferentes formas de malnutrición en el mismo país y hasta en la misma casa.
En todo el mundo, una de cada tres personas sufre algún tipo de malnutrición. En Panamá, la prevalencia de sobrepeso en adultos alcanza al 62% de la población, de los cuales la obesidad afecta al 26% y uno de cada diez niños menores de cinco años presenta exceso de peso, en escolares afecta al 30%.
En 2014, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) organizaron la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición, donde los países se comprometieron a “erradicar el hambre y prevenir todas las formas de malnutrición en el mundo”. Este mismo compromiso fue ratificado cuando los gobiernos adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Posteriormente, la ONU anunció en abril de 2016 el inicio del Decenio de Acción sobre Nutrición (2016-2025), un período que dedicaremos a redoblar los esfuerzos para erradicar la malnutrición, acompañando a los gobiernos a elaborar políticas y programas nacionales.
En nutrición, ya sabemos lo que funciona: debemos transformar nuestros sistemas alimentarios (cómo se produce, procesa y distribuye la comida) para asegurar que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos. Recordemos que una alimentación sana empieza con lo que sembramos y termina con lo que consumimos.
También hay que asegurar que los sistemas de protección social reduzcan las desigualdades y garanticen el acceso a una alimentación más saludable. Tenemos que fortalecer nuestros sistemas de salud para que todos tengan acceso a los servicios esenciales de nutrición, y debemos asegurarnos de que las escuelas ofrecen alimentos nutritivos para los niños.
En ese sentido, la aplicación de políticas públicas nacionales eficaces en materia de nutrición es indispensable y requiere de la participación de diferentes ministerios, instituciones y de otros agentes pertinentes, en particular del sector privado y la sociedad civil.
Panamá, con el acompañamiento de la FAO, trabaja en esfuerzos multisectoriales para contribuir a la erradicación de todas las formas de malnutrición, entre ellos destacan la formulación del borrador de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional y el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Panamá 2016-2020, bajo el liderazgo del Ministerio de Desarrollo Social; y el trabajo liderado por el Ministerio de Salud para elaborar las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos para menores de dos años y la primera tabla de composición de alimentos de Panamá.