Miles de marinos y oficiales de distintas nacionalidades permanecen atrapados en los barcos desde hace meses como consecuencia de las medidas de cuarentena por el coronavirus que causa la Covid-19.
La gente de mar es considerada por la Organización Marítima Internacional (OMI) como “trabajadores clave” (key workers) por la función que ejercen en el engranaje logístico que mueve a la economía mundial.
Panamá ejerce un rol importante en la plataforma logística mundial en beneficio de la economía como administrador de la flota mercante más grande con más de 8 mil buques, además de su sistema portuario y el Canal.
La Dirección General de Gente de Mar de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) reconoce que el trabajo de los marinos es un eslabón vital en la cadena de suministro en beneficio de la humanidad. “Sin marinos mercantes capacitados, las mercancías no podrían ser transportadas entre continentes”, afirma.
A través del trabajo de los marinos, se mueve el combustible para los vehículos y la industria, los insumos médicos, los alimentos e incluso el personal de emergencia, pese a las limitantes y restricciones establecidas en muchos países por la pandemia.
Se calcula que en los 65 mil buques de todo tipo que navegan a nivel mundial laboran 1.6 millones de marinos mercantes, de los cuales 318 mil marinos están a bordo de los 8 mil 289 buques de bandera panameña.
De ese total de marinos, se calcula que menos del 1% o entre 300 y 400 oficiales y marinos son de nacionalidad panameña. En tiempos regulares, cada mes se embarcan y desembarcan unos 100 mil marinos, como parte del proceso de rotación laboral. No obstante, con la propagación del coronavirus a principio de este año, la mayoría de las tripulaciones se quedaron atrapadas en los barcos por las restricciones impuestas en la mayoría de los países. Con ello, el ciclo de rotación del personal se frenó y los marinos que estaban en tierra tampoco se han podido incorporar a laborar.
Algunos marinos ya han completado hasta tres meses en exceso de tiempo en los barcos sin poder bajarse, lo cual ha generado temor entre algunas organizaciones de marinos en todo el mundo por la fatiga laboral o los efectos sicológicos que ello puede causar en los trabajadores del mar.
“Es contraproducente que una persona permanezca tanto tiempo en una embarcación porque ello puede afectar la parte sicológica del individuo al saber que están tanto tiempo alejados de su familia, lo cual también le afecta en sus labores”, afirma el capitán Clemente Forero, presidente de la Asociación Panameña de Oficiales de Marina (APOM) y con muchos años de experiencia en este trabajo.
Tras la situación, la Organización Marítima Internacional (OMI) recomendó 12 pasos para seguir los protocolos para el desembarque de los marinos sin que haya riesgo de contaminación del coronavirus.
Esto requiere de la aprobación de las autoridades locales, en el caso de Panamá, del Ministerio de Salud, cuando se trate de marinos a bordo de barcos con bandera panameña.
La AMP mostró su respaldo a ese “Marco Recomendado de Protocolos para Garantizar Cambios Seguros de Tripulación de Barcos y Viajes Seguros durante la pandemia de la Covid-19″, formulado por la OMI, a través de la carta circular 4204/Add.14, relativa a la necesidad imperante de los cambios seguros de tripulación.
Lo señalado por la OMI es una forma de reconocer y darle el valor que se merece la gente de mar, considerada como pieza clave en el comercio y transporte marítimo mundial en beneficio de la humanidad, indicó la La Dirección de Gente de Mar de la AMP, en un comunicado.
“No voy a descansar hasta que nuestra gente de mar vuelva a casa y lo que estén en casa puedan relevarlos”, declaró a este diario Juan Maltéz, director de Gente de Mar de la AMP, quien antes de ocupar este cargo desempeñó distintas funciones en el sector, entre ellas la de oficial de marina.