Toda una generación de startups tecnológicas se basó en la premisa de que los modelos de negocio más lucrativos apuntan a conectar personas o empresas de un lado del mercado con personas o empresas del otro lado.
La teoría de las plataformas, ya sea Tinder, Uber Technologies Inc. o Airbnb Inc., sostenía que ser intermediario para los productos o servicios que ofrece alguna persona significaba poder ahorrar en comisiones y, al mismo tiempo, mantener un negocio de activos esenciales cuyos bajos costos operativos recompensan con una alta rentabilidad.
Pero nadie previó una situación en que se cerrara todo un lado del mercado, y la pandemia de coronavirus ha hecho exactamente eso. Para Airbnb, el autoaislamiento significa que nadie está realizando viajes. Hay una gran oferta con millones de alternativas aún en el sitio, pero la demanda no ha hecho más que desaparecer. Lo mismo ocurre con los servicios de traslado de Uber.
En el caso del despacho de alimentos, es el lado de la oferta el que tiene dificultades. En general, servicios como Uber Eats, Grubhub Inc., Deliveroo y Just Eat Takeaway dependen de los restaurantes que cocinan esos alimentos.