México está considerando aumentar las importaciones de maíz y limitar los precios del gas a medida que un pico inflacionario golpea los precios de la tortilla, un alimento básico en el país.
La inflación en la segunda economía más grande de América Latina se aceleró a cerca de 6% en el segundo trimestre, impulsada por los precios del combustible y los alimentos.
Esto llevó al banco central a aumentar la tasa de interés en un cuarto de punto la semana pasada, lo que sorprendió a economistas, que prevén que la inflación se desacelerará apenas a 5.58% para finales de año.
“Hay muchas formas de tener control. En el caso del gas, si es necesario, vamos a establecer un precio máximo. No les va a gustar a los tecnócratas”, dijo el presidente, Andrés Manuel López Obrador, refiriéndose a las medidas para combatir la inflación. “En el caso de la tortilla, hay otros mecanismos, por ejemplo, abrir la importación para que haya más competencia”.
El presidente, conocido como AMLO, había prometido anteriormente no permitir que los precios del gas y la electricidad para los consumidores aumentaran más allá de la tasa de inflación promedio. Pero el gas licuado del petróleo que usan los hogares mexicanos para cocinar ha sido uno de los mayores y constantes contribuyentes a la inflación este año. Y los precios de la tortilla subieron 2.6% en mayo respecto al mes anterior.
“Está creciendo la inversión extranjera, se está recuperando la economía, se está recuperando los empleos, la única cosa que me ocupa es la inflación, dijo AMLO.