¿Conoces a alguien nacido entre los inicios de la década de 1980 y finales del decenio de 1990? ¿Esa persona es un optimista por naturaleza, sus productos bandera son los smarthphones y tablets y su forma natural de comunicarse son los mensajes de texto?
Si es así, pues lo más seguro es que estés ante un millennial, lo cual no sería nada extraño considerando que según Manpower Group se espera que en este 2020 más del 30% de la fuerza laboral mundial la conforme este grupo etario. De hecho, lo normal sería que tu gerente sea un millennial, bien porque desarrolló una brillante carrera que le ha permitido esa posición de responsabilidad antes de los 40 años de edad o bien porque es el dueño de la empresa.
Posiblemente sea Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y considerado el prototipo exitoso del millennial emprendedor.No hay dudas de que este grupo es de los más emprendedores. De acuerdo con el Estudio Global de Emprendimiento Amway realizado por la Universidad Técnica de Munich y GfK en el 2018, más del 60% de los millennials declaró que deseaba tener su propio negocio. El 52% dijo estar listo para hacerlo porque contaban con habilidades y recursos necesarios.
Este escenario es lógico si lo analizamos extrayendo los rasgos positivos de los millennials, que según Jason Harber en su libro The Business of Good confluyen en seis características para hacer de esta generación la más emprendedora: espíritu colaborativo; alto nivel de formación; búsqueda de autonomía laboral; sentimiento de protección por su entorno familiar; nativos digitales; y responsabilidad y compromiso con un propósito.
Sin embargo no podemos ignorar que —a la vez— esta generación tiene retos importantes, porque también un parte importante de millennials son los llamados NINIS , que ni estudian ni trabajan. Hasta marzo de 2019, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral estimaba en casi 250 mil el número de personas de entre los 15 y 29 años de edad pertenecientes al segmento “NiNi” en Panamá, con una tasa de desempleo del 14.6%.
Esta cifra retrata un problema mundial. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó el año pasado el desempleo del segmento 16–24 años en 19.6%.
Esta es la parte menos fancy de la historia. Como empleados suelen ser muy exigentes con sus jefes y empresas. En el artículo Mentoring Millennials publicado en Harvard Business Review en 2010, las mundialmente recocidas especialistas en organización de aprendizaje y desarrollo de recursos humanos Jeanne Meister y Karie Willyerd, señalan que los pioneros de esta generación en su rol de empleados, exigían a sus empresas, entre muchas cosas, una línea de carrera clara; que tenga valores y un propósito definido; compatibilidad de vida laboral con la personal; y constantes oportunidades de crecimiento.
A sus jefes les piden principalmente que sean sus mentores, retroalimentación constante, flexibilidad en el manejo de horarios y un ambiente participativo y creativo.
En mi experiencia profesional he tenido la suerte de trabajar con muchos millennials, como parte de mis equipos. Unido a las características antes mencionadas, creo que como grupo destacan por su conciencia social. Es decir, la importancia que le dan a que el propósito de la empresa no sólo sea claro, sino que sume a crear una mejor sociedad para todos.
Esto es un punto diferencial hacia otras generaciones más individualistas. En cuanto a su productividad laboral, sin duda su alto nivel de conocimiento digital les da una ventaja, que bien canalizada con proyectos retadores, feedback constante y libertad en la manera cómo logran los objetivos, los convierten en parte importante de cualquier equipo.
Dicho esto, el talento, compromiso y ambición siempre son actitudes individuales y eso marca hoy una diferencia.