Las apuestas en el primer cuatrimestre del año alcanzaron los 742.9 millones de dólares, un crecimiento interanual de 0.9%.
Del total apostado, el 89% corresponde a máquinas tragamonedas tipo A, que son aquellas que permiten múltiples apuestas por cada jugada.
Aunque en los casinos completos operan este tipo de equipos, el segmento de tragamonedas tipo A es controlado por la empresa Gaming & Services de Panamá, que opera 29 salas en todo el país y que en 2013 recibió una extensión de su concesión hasta 2037.
En las mesas de juego, que solo pueden operar en casinos completos instalados en hoteles de más de 300 habitaciones, las apuestas hasta abril alcanzaron los 46 millones de dólares, 15 millones de dólares menos en comparación con los resultados del año pasado.
Antonio Alfaro, presidente de Asociación de Administradores de Juegos de Azar (Asaja), señaló que hay casinos que están analizando cerrar ante la caída en las apuestas. “Ya los casinos están operando con el personal mínimo y el próximo paso es cerrar”, indicó.
Los operadores de juegos de azar indican que las apuestas han caído debido al impuesto de 5.5% sobre las apuestas que creó la actual administración para financiar el alza a los jubilados.
El mes pasado, el casino que operaba en el hotel Veneto, que estaba intervenido por la Junta de Control de Juegos (JCJ) desde 2015, cerró sus puertas, dejando sin empleo a más de 240 trabajadores que reclaman prestaciones por más de un millón de dólares.
Se intentó contactar al secretario de la JCJ, Eric Ríos, para conocer qué hará la institución con los activos y pasivos del casino Veneto, pero no se obtuvo respuesta al correo electrónico enviado.
El grupo estadounidense Silver Associate & Company adquirió en 2017 la concesión del casino y todo el complejo hotelero, que tiene 302 habitaciones por lo que pagó 60 millones de dólares.
El hotel Veneto fue construido en 2005 por los empresarios Alberto Btesh y Moisés Haski, por un monto de 45 millones de dólares.