Las tres misiones de Madden

Las tres misiones de Madden


Su estructura de concreto y acero se construyó hace 82 años. Desde entonces ha cumplido la función de contener el agua del río Chagres, que nace en la cordillera y se ubica entre las provincias de Panamá y Colón.

El caudal de agua dulce que se recoge en el lago Alajuela y aportan, además, los ríos Boquerón y Pequení se utiliza para el consumo humano, las operaciones del Canal y la generación de energía eléctrica.

La principal función del agua represada ha sido la de garantizar este recurso a la población, a través del suministro de agua cruda a la planta potabilizadora de Chilibre, explica Odracir Naranjo, coordinador de seguridad del vertedero y de la División de Ingeniería de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

En segundo lugar, ha suministrado agua al Canal para la operación de las esclusas desde 1914 cuando fue inaugurada la vía interoceánica. A esto se sumó el aprovisionamiento de agua para el funcionamiento del tercer juego de esclusas, inaugurado el 26 de junio de 2016.

El agua represada también se aprovecha para generar energía por medio de la hidroeléctrica de Madden, con una capacidad de 36 megavatios. Esta energía, en conjunto con la que se produce en la hidroeléctrica de Gatún, es utilizada para las operaciones del Canal. Cuando hay excedente de energía, se vende al mercado eléctrico local.

La estructura de la represa de Madden la construyó la compañía W.E.Callahan, en propuesta conjunta con la Peterson, Shirley y Gunther de Omaha, entre 1931 y 1935, al ofertar $4 millones 47 mil, según una publicación del extinto historiador Alonso Roy. “La represa Madden, una edificación muy firme y bien delineada, se terminó de construir el 5 de febrero de 1935, cinco meses antes de la fecha estipulada en el contrato y vino a representar un nuevo triunfo de la Ingeniería norteamericana en la historia del Canal de Panamá”, cita el escrito.

Pintura nueva

Durante un recorrido por la represa, Naranjo junto con otros ingenieros, mostró los trabajos de mantenimiento que se desarrollan en estos momentos, entre ellos, cambio de empaques y sellos de las cuatro “compuertas de tambor” de la represa. Se les llama así, porque son huecas por dentro.

Las cuadrillas de técnicos e ingenieros trabajan sobre las estructuras de metal de las compuertas, colocan soldadura y reparan bisagras.

En la compuerta 3, la pintura se levanta con una máquina especial para hacer un recubrimiento nuevo. En las compuertas 1 y 2 se trabaja en el retoque y reparación de sellos.

Las compuertas son las que se elevan a medida que sube el nivel del embalse de Alajuela para contener el agua. Debido a esta operación, algunas piezas sufren desgastes que requieren reparación o cambio cada cierto tiempo.

En los trabajos de mantenimiento participan empleados de las divisiones de Astillero, Flota y Equipo, e Ingeniería de la ACP. También se hacen inspecciones a la estructura de concreto para verificar que se mantiene en condición aceptable.

“Nosotros lo que queremos es velar para que la estructura se mantenga íntegra y en condiciones aceptables de funcionamiento, que permita la operación del embalse de Alajuela”, indicó Naranjo. Estos trabajos se realizan todos los años. Se aprovecha el bajo nivel del embalse. La semana pasada estaba en 212 pies. Su nivel máximo es de 250 pies.

En la zona donde está la represa de Madden reina el silencio. Los trabajos se realizan, mientras abajo, a decenas de metros, donde pega el nivel del agua con el concreto de la represa, un par de cocodrilos aprovecha la rampa para tomar el calor del sol.

Los cocodrilos han sido por muchos siglos los habitantes permanentes del río Chagres. Así lo recogen los libros de historia en los que se registra que en 1502, cuando fue descubierto por Cristóbal Colón, este lo llamó el “río de los lagartos”.

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