El diálogo nacional para definir el futuro del programa de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS) debe considerar un cóctel de soluciones técnicas para obtener resultados sostenibles a largo plazo.
Así lo expresó Jorge Nicolau, consultor y estudioso de las finanzas del subsistema de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), cuando advirtió que el modelo actual “está quebrado y no existe posibilidad de pagarles las pensiones a todos”.
Se refiere a un grupo de 627 mil cotizantes que forman parte de un programa que ya está en déficit.
Nicolau participó ayer en el conversatorio virtual Café con La Prensa, en el que detalló el escalofriante déficit en el flujo de caja y el consumo de las reservas del sistema de pensiones en menos de un lustro.
Medido al valor presente del dólar, y considerando que hasta 2077 se deben asumir pagos a los jubilados que forman parte del subsistema de beneficio definido del IVM, se calcula un déficit acumulado de $65 mil millones, de acuerdo con las cifras del último informe técnico actuarial de la CSS, divulgado en octubre de 2020, y basado en cifras de 2018.
La situación es tan delicada, que amenaza con arrastrar a toda la economía panameña. De allí que hay que considerar lo que han hecho otros países como Chile o México, incluso naciones europeas, para determinar qué conjunto de medidas son atribuibles a Panamá.
En este contexto habló de medidas difíciles, pero necesarias, entre las que se deben analizar cambios paramétricos, como la modificación en la edad de jubilación, la cantidad de cuotas obrero- patronal que se aportan al IVM, además de una reducción en la tasa de repago.
Sin embargo, esto por sí solo no sería suficiente. Habría que aumentar los aportes que hace el Estado y cumplir con lo que dictamina la ley en cuanto a los mínimos requeridos en reservas.
De acuerdo a los dictados de la ley orgánica de la CSS (Ley 51 de 2005), el IVM debe tener una reserva mínima de 2.25 veces de sus gastos anuales, con lo cual no se cumple en estos momentos. En lo que respecta a las medidas paramétricas, explicó que en otros países éstas se han realizado a través de lo que se conoce como transiciones. Por ejemplo, el grupo que está próximo a jubilarse no tiene que asumir los cambios que se harían con la población a la que le faltan 20 años para pensionarse. “Ojalá no se tuviese que cambiar nada, pero la realidad es otra y debemos buscar una solución”, sentenció.
Pese a que el pasado lunes 18 de enero se convocó al diálogo para definir las decisiones que se tomarán con el IVM, aún no hay fecha para la primera reunión de quienes participarán en la convocatoria.