La propagación del coronavirus está teniendo ya un impacto en la economía del país. Conexiones aéreas canceladas, negocios cerrados forzosamente y la recomendación de permanecer en casa como medida necesaria para contener el virus tienen un efecto directo en la actividad económica.
En un entorno general de menor generación de ingresos tanto para empresas como para personas, los compromisos crediticios contraídos anteriormente pueden suponer una carga para las familias y los negocios.
Ayer, el superintendente de Bancos, Amauri Castillo, anunció que la junta directiva de la entidad aprobó un paquete de medidas que busca que la banca tenga las herramientas que permitan llegar a acuerdos con los clientes y modificar las obligaciones bancarias sin que esto suponga ningún castigo para la entidad en forma de reservas o provisiones adicionales.
Castillo, que compareció en la rueda de prensa diaria en la que el Ministerio de Salud informa sobre la evolución del coronavirus en el país, dijo que la mayoría de los países actúa con herramientas de política monetaria, algo que Panamá no puede hacer por no tener banco central.
La medida aprobada por la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP)supone que los bancos podrán modificar las condiciones de los préstamos de sus clientes. Por lo tanto, se podrán cambiar los plazos, el monto de la letra, la tasa de interés o, incluso, conceder periodos de gracia. La medida, según Castillo, “busca aliviar a trabajadores y empresas en una coyuntura sin precedentes en nuestro país”.
Técnicamente, la acción consiste en la liberación de una reserva que han venido constituyendo los bancos desde 2013 y que acumula $1,252 millones actualmente. Habitualmente, los bancos deben hacer reservas contables, lo que supone la inmovilización de ciertos recursos, explicó a este diario Carlos Berguido, presidente ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá.
La decisión del regulador de liberar esa reserva hace que los bancos tengan más flexibilidad para atender a los clientes que requieran una reestructuración.
Los casos serían atendidos por las entidades de manera individual. “Cada banco se tendrá que sentar con los clientes que tengan problemas, ya que no todos los clientes necesitan lo mismo, ni todos los bancos tienen la misma estructura. Hay de toda clase de perfiles, por eso no hay una solución única para todo”, apuntó el ejecutivo, que se mostró confiado en que “todos los bancos van a tener que utilizar estas herramientas para ayudar a sus clientes a sobrepasar la crisis”.
Al término de 2019, la cartera local de préstamos en Panamá sumaba $55 mil 211 millones, siendo las hipotecas, los créditos personales y comerciales los tres segmentos con mayores saldos.
Efectos de baja de la Fed
El domingo, la Reserva Federal de Estados Unidos (Feb) rebajó en un punto porcentual la tasa de interés de referencia del dólar, llevándola a un rango entre 0% y 0.25%. Abaratando el precio del dinero, el banco central estadounidense pretende generar un estímulo en la economía a través de la concesión de préstamos a un interés más bajo.
Abdiel Santiago, secretario técnico del Fondo de Ahorro de Panamá (FAP), instrumento que tiene sus inversiones principalmente en Estados Unidos, dijo que “si la Fed está en lo correcto, entonces nos está comunicando que la situación del coronavirus está por convertirse de una emergencia médica a una emergencia económica y hasta financiera, y busca anticipar y contrarrestar estos efectos”.
Santiago advierte la preocupación de la administración del presidente Donald Trump, que este año aspira a la reelección, ya que “casi el 40% de la ganancia del mercado accionario desde su elección, se ha evaporado, y mucho ha ocurrido en las últimas semanas”.
El secretario técnico del FAP señala que el escenario augura rendimientos del ahorro nacional mucho más sobrios que en 2019, cuando se registró un récord de $118 millones, aunque recuerda que la estrategia de inversión es diversificada y con visión a largo plazo.
Sobre los efectos en los préstamos locales, aunque el ajuste no se produzca en la misma proporción que el aplicado por la Fed, Santiago es categórico: “No veo razón alguna por la cual no deberíamos ver un efecto significativo y direccional a la baja en las tasas hipotecarias que paga el panameño. Actualmente las veo muy altas”.
Sobre este mismo aspecto, el financista Manuel Brea comenta que “hace décadas en Panamá operaban bancos norteamericanos que recibían directamente los efectos de las medidas adoptadas por la Fed, los cuales canalizaban la liquidez a los costos de las tesorerías de estos bancos al sistema panameño. Hoy día esto prácticamente no existe, por lo que los efectos de reducción en la tasa no son tan inmediatos ni sincronizados en nuestra plaza”.
Brea concluye que la reducción de la tasa de los préstamos en Panamá dependerá de la competencia y la capacidad que tenga el sistema de seguir atrayendo fondos a costos bajos.
Además del costo de los fondos que puedan obtener los bancos en el exterior, la tasa a la que conceden los préstamos también está condicionada por las tasas de los depósitos que pagan a sus clientes.
Gustavo Villa, secretario general de la SBP, señaló que en 2019 el costo promedio de captación de fondos de los bancos fue 4%, lo que tuvo como resultado que el margen de intermediación, que es básicamente el que se aplica entre los fondos que se captan y los que se prestan, no creciera.
Para Villa, la rebaja en los tipos de interés aprobada por la Fed crea condiciones nuevamente para que el costo de dinero sea bajo, pero hay otros factores que generan una inercia en sentido contrario. Por ejemplo, en un entorno de volatilidad como el actual, los inversionistas internacionales suelen recurrir a activos refugio, los consideramos más seguros, como el oro. Así, una emisión de una entidad local de un país emergente como Panamá podría tener menos apetito en el mercado y, por lo tanto, sacar menos provecho de la caída generalizada de tasas.
Además, internamente, la situación provocada por el coronavirus puede hacer más difícil la captación de fondos por parte de los bancos, tanto por precaución de los ahorristas como por una coyuntura con menor liquidez.
Por estas razones, para el representante del regulador bancario las señales son mixtas y por eso es prudente a la hora de considerar ajustes inmediatos en las tasas.
A mediano plazo, ese escenario sería más probable, ya que una baja de tasas actuaría como una medicina necesaria para recuperar a esa paciente llamada economía del contagio del coronavirus.