Entre las variables que analiza la calificadora Moody’s Investors Services sobre el futuro del perfil crediticio de Panamá, en materia fiscal “lo principal es que veamos un proceso de consolidación creíble y bien comunicado por parte de las autoridades”.
Así lo manifestó ayer Renzo Merino, vicepresidente y analista sénior de la agencia, durante el evento virtual Moody´s Inside Latam: Panamá.
Consultado al respecto, el analista dijo que este año se entiende que la pandemia persiste y que los gobiernos tendrán que asumir los gastos asociados, pero “será importante conocer las medidas que se tomarán en los próximos años para corregir el desbalance fiscal que ocurrió durante la pandemia”.
En 2020 el sector público no financiero registró un déficit fiscal de 10.1%. Para este 2021 el límite establecido en la ley de responsabilidad social fiscal es un rango de entre 7% y 7.5%, y para 2022 el techo se reduce a 4%, una reducción de espacio fiscal sustancial.
Una parte del proceso de consolidación fiscal o reducción del déficit vendrá dada por el crecimiento de la economía, que elevará los ingresos. Además, se espera que en 2022 se reduzca la presión del gasto vinculado a la pandemia. Pero entonces, “será importante conocer cuáles son los detalles de este plan para ver cómo se cumpliría con esa meta de déficit”, sostuvo Merino en una conversación con este diario.
El analista de Moody´s compartió panel con el jefe de Misión para Panamá del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Santos.
Ambos apuntaron que en el lado de los ingresos hay espacio para mejorar a través del control de la evasión fiscal, lo que se podría conseguir a través de nuevos mecanismos de recaudación. Santos destacó además que hay una gran cantidad de exoneraciones fiscales que limitan la recaudación.
En lo que se refiere al gasto, Merino dijo que las principales presiones provienen del incremento en el gasto salarial del Gobierno, el aumento en intereses generados por la deuda y los riesgos vinculados a la crisis del programa de pensiones de la Caja de Seguro Social.
Para el analista de Moody’s, el crecimiento esperado entre 4% y 5% a mediano plazo no sería suficiente por sí solo para mejorar los indicadores de deuda, que al cierre de 2020 llegó a un 69.8% del producto interno bruto (PIB).
“Para que haya mejoras en los números de deuda, además de un crecimiento económico favorable tendrá que haber un plan de consolidación fiscal complementario”, sostuvo Merino.
Crecimiento
Para este 2021, Moody’s proyecta un crecimiento del PIB de 10% y el FMI de 12%. Se trata de números relativamente altos, pero que atienden, en parte, a una variable aritmética debido a la fuerte caída de 2020.
Sobre el crecimiento potencial a mediano plazo, Santos dijo que el FMI lo ubica en un 5%, aunque podría ser superior si mejoran los indicadores de productividad.
El ejecutivo del FMI dijo que Panamá es el país con ingreso per cápita más elevado de América Latina y que tiene una perspectiva de crecimiento importante. “Si esto se mantiene en la siguiente década, fácilmente Panamá podría llegar a ser el primer país de América Latina que puede llegar a tener estatus de economía avanzada”, sostuvo.
Pero para conseguirlo se tienen que hacer esfuerzos, como fortalecer los marcos institucionales. “El proceso de crecimiento ha sido tan rápido que hay partes de Panamá muy modernas y partes muy antiguas, así como marcos [institucionales] que son muy nuevos y marcos que son muy viejos. Hay que hacer la ingeniería de modernizar los marcos institucionales”, explicó.
Además, el país se debe preparar para la economía del futuro, para lo que se requerirá mayor gasto en educación y salud. “Eso va a hacer que se tenga una mejor fuerza de trabajo para aspirar a tener un estatus económico distinto”, concluyó.