El expresidente uruguayo José Mujica abogó por el cuidado de la agricultura familiar en América Latina y advirtió que sin voluntad política que la respalde corre riesgo la seguridad alimentaria de la región.
La alimentación de los pueblos no puede depender “pura y exclusivamente de recursos que se importan o se exportan. Hay que asegurar una masa de alimentación lo más cercana posible a los centros de consumo”, dijo Mujica desde Montevideo durante un seminario virtual organizado por la agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Mujica, de 85 años y también agricultor además de exministro de Ganadería uruguayo, señaló que el primer problema del campesinado en América Latina es lograr que la población se dé cuenta de la importancia estratégica que tiene para la seguridad alimentaria, para el cuidado del medio ambiente, para el porvenir de la propia humanidad.
Distribución de alimentos
La ONU alertó este viernes que Burkina Faso, Sudán del Sur, el noreste de Nigeria y Yemen están a un paso de caer en la hambruna debido a un agravamiento de los conflictos y una difícil distribución de la ayuda alimentaria en esas zonas.
La agricultura familiar no tiene lobby, no tiene peso institucional, y es específica en su problema y en sus debilidades, opinó el exgobernante izquierdista (2010-2015).
Para Mujica, los pequeños agricultores deben agruparse, porque no se puede pretender que familias aisladas puedan pelear con rentabilidad en el mundo de hoy, y vender lo más directamente posible para “sacarse de encima la intermediación”.
Por otro lado, se preguntó “hasta cuándo van a crecer las ciudades monitoreadas y manejadas por el interés inmobiliario” e invitó a reflexionar si no sería inteligente pensar 'en la medida' de las urbes, porque a futuro habrá “campos despoblados y ciudades atestadas, dificultando todos los problemas de distribución”.
También “la circunstancia del cambio climático” demuestra que es “una falta de previsión de las ciudades no cuidar a la agricultura familiar”.
De hecho, destacó que Europa cuida su campiña, subsidia su producción interna, porque aprendió que la seguridad alimentaria es un resorte fundamental para la estabilidad de un país.
Según el exguerrillero, si no hay voluntad política para enfrentar estos problemas la agricultura familiar va a sucumbir.