La naranja, un negocio jugoso

La naranja, un negocio jugoso


La dulzura de la naranja de la variedad valencia cultivada en Panamá seduce el paladar de los consumidores europeos, estadounidenses y dominicanos.

Los grados de brix o la cantidad de azúcar en la fruta, la acidez y el color naranja intenso del jugo de la especie valencia, la distingue entre los cítricos de otras regiones del trópico.

En Panamá las condiciones climáticas son muy favorables para la producción de naranja. En Costa Rica, por ejemplo, cuesta alcanzar los 11.5 grados de brix, mientras que la fruta panameña, en especial la cultivada al norte de la provincia de Coclé, supera los 12 grados de brix, compara el ingeniero agrícola Carlos Arce, gerente general de Panamá Fruit, que desarrolla el proyecto.

En muchas tierras del trópico no está tan marcada la diferencia de temperatura entre el día y la noche como en la zona norte de la provincia de Coclé, manifiesta Arce, con más de 16 años de experiencia en la industria de los cítricos.

En los últimos 10 años, las tierras panameñas dedicadas a la producción de naranja reflejan un crecimiento mínimo, lo que limita el suministro de materia prima para el procesamiento de jugo natural en el mercado local.

En el país se cultivan 14 mil 925 hectáreas de naranjas, según cifras del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA). Sin embargo, representantes de la industria local advierten que la producción comercial de naranja es de apenas unas 4 mil hectáreas.

El 55% del jugo de naranja que se consume en el país proviene de la producción local, mientras que se importa el 45% restante, según el Estudio del Mercado de la Naranja de Jugo del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA).

La producción de naranja aportó 48 millones de dólares al producto interno bruto del país en 2016, de acuerdo con estadísticas del MIDA.

La gran mayoría de los productores de naranjas cultivan la variedad “criolla”, de menor calidad, en vez de la valencia, considerada como especial para el procesamiento de jugo.

“Los pequeños agricultores operan lejos de alcanzar la escala de eficiencia mínima y se arriesgan a perder hasta el 50% de la producción durante la comercialización”, revela una fuente del sector de los cítricos.

Los pequeños productores que tienen 10 árboles en la casa prefieren que un intermediario les pague 1.50 dólares por cada árbol, que tener que cosechar la naranja. Muchas veces prefieren perder la naranja que cosecharla. “La mayor limitante de esta industria es la escasa materia prima. En estos momentos no cubrimos la demanda de jugo natural en el mercado internacional. “Hemos recibido ofertas hasta de 20 veces nuestra capacidad de exportar por año que es de mil 500 toneladas de jugo”, añade.

En Panamá hay muy buenas tierras, las características del suelo y del clima permiten desarrollar el cultivo de cítricos y el financiamiento es mucho más competitivo que los de otras latitudes, pero no hay el interés de nuevos productores.

Los mayores productores del país son las empresas Cítricos de Coclé, Mieles y Naranjas, ubicada en San Francisco, Veraguas, y Cítricos, S.A, en Chiriquí.

MATERIA PRIMA

Cítricos de Coclé, con una explotación de 519 hectáreas en Toabré, Penonomé, en la provincia de Coclé, es el mayor productor de naranjas valencia en Panamá.

El 60% de la producción de las cuatro fincas de Cítricos de Coclé se vende a Panamá Fruit, una planta procesadora de jugos naturales de naranja y piña, ubicada en en Garicín, provincia de Coclé. El 40% restante de la producción se comercializa como fruta fresca en el mercado local. Por año, Cítricos de Coclé produce 7 mil 100 toneladas de naranja valencia.

La empresa Mieles y Naranjas está ubicada en San Francisco, Veraguas, y con 709 hectáreas produce por año 45 mil quintales. Parte de ambas cosechas se vende a Panamá Fruit para el procesado de jugos naturales.

Las naranjas valencia son transportadas a la planta en articulados. Cada articulado transporta entre 20 mil y 23 mil kilogramos de fruta por viaje. Por día, se realizan tres viajes, en promedio.

El precio del quintal de naranja puesto en la planta se le paga al productor en 6.50 dólares, mientras que a los pequeños productores los intermediarios les compran el ciento de naranja en el árbol a 1.50 dólares.

PROCESAMIENTO

Tras cosechar las naranjas, extraen el jugo en la planta procesadora, ubicada en Garicín. Allí pasteurizan el jugo, y por último envasan el producto por medio de un llenado aséptico que permite preservar el sabor y las cualidades nutricionales sin necesidad de conservantes, aditivos o azúcar añadidos, explicó Arce.

El jugo pasteurizado se exporta en unidades o tanques de mil kilogramos o una tonelada. El precio de venta oscila entre 800 y 850 dólares.

En el caso de los concentrados, evaporan los jugos después de su extracción, lo empaquetan y luego lo guardan a bajas temperaturas para que se cristalicen.

Panamá Fruit también produce concentrado para la elaboración de néctares y de la cáscara de la naranja extraen aceite para la confección de jabones y perfumes.

La planta tiene capacidad para procesar hasta 100 toneladas de piña y 150 toneladas de naranjas valencia por día.

El fuerte del procesamiento de jugo de naranja se registra entre la primera semana de febrero y mediados de mayo. Entre septiembre y enero se dedican al procesamiento de jugo natural de piña.

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