Un nuevo contrato social



Hace algunos años tuve la oportunidad de conocer y escuchar a Roberto Artavia, uno de los pensadores más prolijos en estrategia y gerencia, autor de varios libros y docenas de artículos y estudios de caso en temas de desarrollo sostenible, estrategia empresarial y responsabilidad social de las empresas.

En aquella época y en el marco de una conferencia organizada por la Red del Pacto Global, Artavia realizó la presentación “Hacia un Nuevo Contrato Social” y resumió las reflexiones que escribió en una serie de publicaciones llamadas “Ensayos de Baar”, los cuales siguen vigentes.

En la actualidad están siendo cuestionados los modelos de desarrollo basados solo en el mercado, y esto requiere un nuevo enfoque.

En uno de sus ensayos destacó que “el desarrollo sostenible es una tarea demasiado grande para cualquier sector de la sociedad por sí solo. Para que se produzcan simultáneamente crecimiento, prosperidad y sostenibilidad se requiere del concurso activo de todos los sectores”.

Este enfoque implica un nuevo contrato social que promueva la integración de los procesos de desarrollo sostenible y que permita establecer una visión común entre los gobiernos, la sociedad civil y las empresas.

Tal como lo entiende Artavia, en este siglo, independientemente de cuán bien haga un gobierno las cosas, el desarrollo no se produce si la maquinaria del sector privado no invierte, no innova, no participa en los mercados, no importa y exporta, no trae nuevas tecnologías, no invierte en su gente.

Por ello, se requiere de un sector privado productivo, comprometido con la creación de riqueza, la innovación y la responsabilidad social.

Las empresas del futuro solo serán viables bajo criterios de competitividad responsable, aquellas que no hagan la transición hacia nuevos modelos de productividad socialmente responsables tendrán sus días contados.

En este sentido, tanto las grandes corporaciones globales o internacionales, como las pequeñas y medianas empresas (Pymes) tienen la responsabilidad de iniciar un cambio drástico en sus estructuras de desarrollo organizacional. Hoy no solo es importante crecer, sino también cómo se crece. Los desafíos que las empresas tienen que afrontar no son fáciles.

Estamos en la génesis de una nueva revolución industrial y las empresas solo podrán dar este salto cuantitativo y cualitativo sin son capaces de establecer una agenda de transición a un nuevo modelo de producción basado en criterios de desarrollo sostenible; a través de alianzas multisectoriales, con criterios de innovación, transparencia, responsabilidad social y ecoeficiencia.

El autor es consultor en comunicación estratégica.

LAS MÁS LEÍDAS