Los países de los mercados emergentes y en desarrollo continuarán luchando con la pandemia de covid-19 y sus consecuencias, incluso cuando algunas grandes economías estimulan el crecimiento global posterior a una recesión más acelerado en 80 años, indicó el Banco Mundial.
El producto interno bruto mundial se expandirá 5.6% este año, frente al 4.1% pronosticado en enero, señaló la organización de desarrollo con sede en Washington en su informe semestral Perspectivas económicas mundiales. El repunte será impulsado en gran parte por una expansión de 6.8% en Estados Unidos y de 8.5% en China. El Banco Mundial revisó sus datos históricos para reflejar las ponderaciones actualizadas del PIB.
Aunque se proyecta que la mayoría de los países avanzados regresará en 2022 a sus niveles de ingreso per cápita previos a la pandemia, se proyecta que dos tercios de las naciones emergentes y en desarrollo permanecerán por debajo de ese nivel. Se espera que el crecimiento en los países de bajos ingresos sea el segundo más lento de los últimos 20 años, de 2.9%, por debajo del 3.4% previsto en enero, frenado por una falta de acceso a vacunas.
“Es la historia de dos recuperaciones”, dijo en una entrevista Ayhan Kose, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial. “Por un lado, las economías avanzadas, los países grandes, están generando un rápido crecimiento, un crecimiento récord. Por otro lado, tenemos a estos países de bajos ingresos que luchan por generar crecimiento”.
El Banco Mundial advirtió sobre una importante incertidumbre después de 2021.
La recuperación mundial podría flaquear una vez que se retire la ayuda proporcionada en el marco de políticas y se agote la demanda reprimida, particularmente si la pandemia persiste, según el informe. “Salvo que se aborden los riesgos que implica tener niveles de endeudamiento récord, estas economías siguen siendo vulnerables a las tensiones de los mercados financieros si la confianza de los inversionistas con respecto a los riesgos se deteriorara debido a las presiones de la inflación en las economías avanzadas”, dijo Kose, según el informe.
En estas circunstancias, la actividad tanto en las economías avanzadas como en las emergentes y en desarrollo podría desacelerar el crecimiento mundial a 2.7% en 2022 y 2.1% en 2023. Eso dejaría la recuperación a la par con el débil repunte que siguió a la crisis financiera mundial de 2008 y 2009.