Hay una enorme frustración entre los miles de personas que en este momento no tienen empleo.
Las cifras oficiales indican que hay 220 mil desocupados en el país y otros 677 mil informales, pero también revelan que la Población Económicamente Activa, cuyo universo comprende a las personas que durante el mes de octubre estaban trabajando o buscando activamente un trabajo, se ha reducido.
A los desempleados les parece absurdo tal estadística, porque para muchos profesionales y personal técnico el 2021 fue un periodo incansable en la búsqueda de un ingreso recurrente.
Sin embargo, la reducción de las personas que están buscando empleo puede tener su base en los ciudadanos con bajos niveles de escolaridad que ahora reciben un subsidio por pandemia, aunque la ciudadanía duda que esto sea así, porque el llamado vale digital (de $120 mensuales) no es suficiente para cubrir las necesidades básicas. También puede tratarse de personas que no están buscando trabajo porque ya saben que no hay.
A este diario han llegado más de 300 comentarios que reflejan lo que está ocurriendo con esa enorme masa de personas que no tiene trabajo.
“Nos matamos estudiando en la universidad para que nos paguen menos de $1,000 al mes”.
“Llevo 22 meses buscando trabajo y no hay”.
“Las empresas piden requisitos irreales y, aunque los tengas, quieren pagar una miseria”.
“Piden 10 años de experiencia y recién acabas de salir de la universidad”.
Hay quienes advierten haber entregado más de 100 hojas de vida, pero la respuesta sigue siendo la misma: que los llamarán, pero esto nunca ocurre. Y si les contactan, es por la mitad del salario que usualmente se pagaría por la vacante a la que aplicaron.
“¿Cómo voy a buscar trabajo, si no hay?”, advirtió otra persona, a través de las redes sociales de este diario.
¿Por qué no se encuentra empleo y cuáles son las claves que podrían ayudar a entender hacia dónde se mueve el mercado laboral?
El empleo formal que genera la empresa privada ha sido el gran perdedor de la pandemia, al absorber la enorme cantidad de mano de obra que dejó el confinamiento y la parálisis de la economía en 2020.
En el 2021, el sector privado recuperó 220 mil 951 de los empleos perdidos en el 2020, un poco más del 60%, lo cual es positivo.
Sin embargo, la generación de nuevos empleos formales marcha lentamente. Entre enero y octubre de 2021, el Ministerio de Trabajo tramitó 183 mil 519 contratos laborales (76% de ellos temporales).
Esta creación de empleo fue 44% por debajo de los 326 mil 802 tramitados en el mismo período del 2019, antes de la pandemia.
Estos números resumen que no hay suficientes empleos para absorber toda esa mano de obra, entre los desocupados e informales que hay en el país.
De allí que las personas, con justa razón, indiquen que se enfrentan a un agotamiento generalizado en la ruta por encontrar un empleo.
El gerente de Desarrollo de Negocios de Manpower Panamá, Ariel Ayala, reconoce que el mercado laboral se enfrenta a grandes desafíos, tanto para trabajadores como para empleadores.
Al haber pocas vacantes disponibles y muchos aspirantes, los empleadores escogen los perfiles más completos y con más experiencia. En síntesis, la competencia por una plaza es cada vez más dura.
Por otro lado, Ayala reconoce que cuando el mercado se enfrenta a tal dinámica, es muy común que las empresas tengan mayor rango de negociación en el tema salarial, e intenten ofrecer remuneraciones que se ajusten a su nueva realidad, de menos ingresos y ajustes en los gastos operativos.
Por ello es que las personas con estudios universitarios y experiencia comprobada expresan que los salarios no son cónsonos con su hoja de vida.
La pandemia aceleró la digitalización de los procesos, la tercerización de servicios y el trabajo remoto.
Ayala advierte, además, que es vital reconocer que todos los trabajos repetitivos se hacen cada vez más obsoletos. Desde hace más de una década se sabía que esto pasaría, pero la pandemia le puso el acelerador a dicha tendencia.
“Las personas que tenían tareas repetitivas deben reinventarse”, señaló.
Al hablar de las tendencias del mercado laboral, Ayala mencionó cuatro grandes segmentos, que a su vez se subdividen en varios renglones.
Un estudio de Manpower lista cambios demográficos, la revolución tecnológica, la elección individual y la sofisticación del cliente, junto con un número clave de tendencias emergentes, como los principales pilares que impulsan el futuro del trabajo y la fuerza laboral mundial.
Por el lado de los cambios demográficos, Ayala destaca una escasez de habilidades en aumentando, lo que muestra la creciente brecha entre quienes tienen roles laborales en demanda y quienes están en declive.
En cuanto a la elección individual, hay una nueva jerarquía de necesidades que exige una mayor flexibilidad laboral, autonomía y elección, a medida que cambia el comportamiento del consumidor y el bienestar en el trabajo se convierte en la norma.
Este bienestar es algo que atesoran los trabajadores, más cuando la remuneración económica no es la que esperarían por la labor que realizan.
En cuanto a la revolución tecnológica, el crecimiento del trabajo cibernético y remoto significa que cada empresa debe ser una “empresa de tecnología” para poder competir y crear más valor.
“Esto significa que no hay espacio para personas que no manejen la tecnología”, dijo Ayala.
Los modelos de trabajo híbridos y el trabajo desvinculado e independiente están en aumento. Una encuesta de la consultora destacó que el 48% de los empleados probablemente trabajará a distancia, al menos una parte del tiempo después de la Covid -19, versus al 30% antes de la pandemia.
Todo estos cambios han traído una internacionalización del recurso humano, por lo que ahora todos enfrentemos una competencia global.