Panamá es uno de los pocos países de América Latina que podría dar el salto de convertirse en un país desarrollado en el periodo de una década, aunque para lograr ese objetivo hay tareas pendientes.
La reflexión la hizo ayer Luis Alberto Moreno, en su último día como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante el foro “Economía, Competitividad y futuro de Panamá”, organizado por la Asociación de Universidades Particulares de Panamá.
Moreno dijo que en los últimos 70 años, solamente 13 países en el mundo, entre los que mencionó a Corea del Sur, España y Portugal, habían pasado del grupo de países de ingreso medio a ser países desarrollados o de alto ingreso.
“Panamá tiene todo para que, en un tiempo cercano a una década, pueda llegar a hacer eso, pero para hacerlo tiene un conjunto de asignaturas pendientes”. La más importante, a su juicio, tiene que ver con mejorar la calidad de la educación. Moreno destacó que activos como el Canal de Panamá, el centro bancario y el desarrollo de recursos naturales han propiciado el desarrollo de Panamá en los últimos años y posicionaron al país como la economía de mayor crecimiento en la región durante varios años, pero “no es menos cierto que hay que invertir en el capital humano”, que debe estar preparado para los desafíos del siglo XXI. Por eso una de las apuestas debe ser hacia una mayor digitalización. “Panamá podría acelerar el proceso para que los panameños tengan acceso a internet de banda ancha de alta velocidad y a bajo coste”.
Una de las palancas que a juicio de Moreno debe ser aprovechada es la capacidad que tiene Panamá de recibir inmigración “de alta calidad”, con recursos y capaz de emprender negocios.
El refuerzo de los sistemas de salud, una necesidad evidenciada durante la pandemia, y profundizar en la internacionalización de la economía serían otras de las claves para lograr el desarrollo.
Sobre la necesidad de mejorar las habilidades del capital humano, según las demandas actuales y de futuro, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Julio De La Lastra, dijo que se debe reforzar la formación en inglés o en otro segundo idioma y en nuevas tecnologías como blockchain e inteligencia artificial. El empresario se refirió también a la necesidad de potenciar las llamadas habilidades blandas, que tienen que ver con el trabajo en equipo, la resolución de problemas, tener sentido de pertenencia y responsabilidad para, por ejemplo, trabajar para lograr objetivos con escasa o nula supervisión directa, especialmente con la irrupción del teletrabajo.
El efecto de la pandemia en las cuentas públicas
La llegada de la pandemia del nuevo coronavirus se interpuso en los planes de crecimiento y desarrollo de todos los países, incluyendo Panamá. La viceministra de Economía, Enelda Medrano de González, dijo en el foro que se estima una contracción de la economía de 10% este año y una caída de los ingresos de alrededor de $3,500 millones.
Para compensar esa falta de ingresos, el Ejecutivo tuvo que recurrir a la contratación de deuda, que solo en el último año subió $5,022.9 millones.
Desde el sector privado se ha entendido que el Gobierno contrate más deuda para suplir la falta de ingresos, pero también se reclama un esfuerzo desde el punto de vista del gasto operativo. Al respecto, la economista Luisa Turolla dijo que la necesidad inmediata es de inyectar dinero a la economía, pero la crítica es con qué velocidad están trabajando las instituciones para hacer un ajuste en el gasto. Aunque en el corto plazo hay dificultad para hacer recortes de personal, se deberían promover acciones que permitan esos ajustes por vías no tan traumáticas, como no reemplazar a personas que se están jubilando o implementar planes de retiro voluntario, comentó. Mientras, desde algunas instituciones públicas hay señales que van en sentido contrario, como por ejemplo, la propuesta de creación de nuevos corregimientos. “Son mensajes contradictorios que no crean confianza”, dijo Turolla.