Panamá debe definir imagen como destino turístico

Panamá debe definir imagen como destino turístico


El turismo panameño ya conoce la fecha en que volverá abrir sus puertas. Según el calendario de reapertura económica, el sector podrá volver al ruedo el 12 de octubre, pero la industria reclama que la fecha se anticipe para reabrir junto a los restaurantes, y los vuelos comerciales locales el próximo 28 de septiembre.

Aunque lo apremiante es el reinicio de la actividad, los meses por venir marcarán otras urgencias iguales o mayores para volver a captar el interés de los viajeros y recuperar el terreno perdido frente a otros destinos, debido a la falta de identidad y promoción internacional, una situación agravada a raíz de la pandemia.

Ayer, durante el conversatorio Café con La Prensa: La reactivación del turismo, ¿qué se necesita?, en el que participaron Guillermo De Saint Malo, gerente general de Grupo Eleta, y Annette Cárdenas, directora de mercado de Panamá Marriott Hotel, quedó claro que la primera tarea que debe resolver el país es activar el turismo interno, con productos y precios competitivos para que sean los nacionales los que se conviertan en un agente multiplicar de promoción.

En paralelo, el país necesita con urgencia el diagnóstico de su identidad como destino turístico. “Lo tenemos todo”, dijeron Cárdenas y De Saint Malo varias veces, pero por ahora no se le ha sacado provecho al 100%.

Ambos se refirieron a la oferta de playas, naturaleza, cultura, diversidad étnica e historia en un país muy fácil de recorrer.

Pero lamentablemente, desde los tiempos en los que se implementó el eslogan “My Name is Panamá”, en 1986, la población no se ha sentido identificada con una marca turística, comentó De Saint Malo.

Cárdenas coincide con este punto y destaca que tampoco existe una promesa de lo que el país pueda venderle a los turistas. “La industria del turismo se está quedando sin oxígeno”, advirtió.

Un estudio contratado por el Fondo de Promoción Turística Internacional, que se realizó en mayo pasado, arrojó que Panamá es percibido como un destino seguro, pero al mismo tiempo no se diferencia de otros países en la región.

Cárdenas insistió en que los esfuerzos de promoción que se realicen para captar la atención de los viajeros deben ir acompañados de un programa de ayuda a las empresas turísticas que han permanecido cerradas desde marzo pasado.

Reveló que las empresas turísticas adeudan a los bancos 720 millones de dólares, préstamos que deben ser honrados, pero que la única forma de hacerlo es bajo un programa de financiamiento blando después de estar cerrados por más de cinco meses, y ahora frente a la incertidumbre de que los turistas se decidan por otros destinos que ya han activado sus promociones y abierto sus aeropuertos.

Hace unos días, el Consejo Nacional de Turismo autorizó al administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá, Iván Eskildsen, a proponer ante el Ejecutivo un plan de financiamiento dirigido exclusivamente a las empresas turísticas.

El sector espera una respuesta positiva, más aún cuando observaron hace dos días la reducción de las aspiraciones presupuestarias de la ATP en la Asamblea Nacional.

Apertura

Costa Rica, el mayor competidor de Panamá en el terreno turístico, abrió sus fronteras a los vuelos internacionales a inicio de agosto y lo hizo de forma escalonada, autorizando la llegada de visitantes desde países con bajos índices de contagio de la Covid-19.

Cárdenas comentó que los vuelos procedentes de Europa que están llegando a Costa Rica están a su máxima capacidad y explica que esto ocurre porque a diferencia de Panamá, el país vecino tiene años invirtiendo en su imagen turística.

Entre 2012 y 2016 Panamá desapareció de los mercados internacionales y en momentos que se observaba un repunte en la entrada de turistas, la pandemia respiratoria frenó los viajes.

De Saint Malo recalcó que Panamá tiene elementos que pueden marcar la diferencia, pero advierte que ya no hay tiempo para seguir pensando en lo que se debe hacer. “Hay que comenzar a ejecutar los planes de promoción”, porque nadie visita un destino del que no se habla.

Para que la estrategia turística resulte exitosa, debe ser incluyente, es decir, narrar las historias de los lugares mágicos de Panamá, hablar del turismo exclusivo, las tradiciones y también de la accesibilidad para hacer de todo.

Para los dos expositores es prioritario que cualquier decisión relacionada con el turismo panameño esté alineada. Ponen como ejemplo la falta de congruencia cuando se toma la decisión de que los vuelos nacionales se activen en septiembre, pero los hoteles continuarán cerrados hasta el 12 de octubre.

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