En las primeras estimaciones económicas de la región que se van conociendo, organismos internacionales, agencias de calificación de riesgo y algunos analistas locales proyectan que Panamá registrará una contracción en su economía entre 1% y 2% este año, como consecuencia de la crisis causada por la enfermedad Covid-19.
Será, sin duda, una fuerte contracción, teniendo en cuenta que el crecimiento registrado en 2019 fue de 3% y que para 2020 se esperaba un crecimiento de alrededor de 4%.
El producto interno bruto (PIB) nominal de Panamá en 2019 fue de $66,800 millones, así que cada punto porcentual de contracción equivale a $668 millones que se dejan de generar en la economía.
Aunque el impacto será notable, la contracción que los organismos internacionales proyectan para Panamá es menor que para el conjunto de la región y que para la mayoría de los países.
Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que América Latina (AL) y el Caribe, en su conjunto, sufrirá una contracción de 5.2% este año.
Algunas de las economías más grandes de la región verán contracciones muy pronunciadas: Brasil perderá un 5.3% de su PIB; Argentina, un 5.7%, y México, un 6.6%.
El pasado jueves, en el marco de unas atípicas reuniones de primavera, el FMI presentó sus proyecciones para la región. A una consulta de La Prensa sobre el impacto de la crisis en Panamá en comparación con el resto del continente, Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, dijo que antes de la pandemia se esperaba para Panamá un crecimiento positivo en 2020 y, por lo tanto, su posición de partida era más ventajosa.
“Panamá sí se ve severamente afectado por esta crisis, porque es una economía tremendamente integrada a la economía mundial a través de las industrias de servicios, el Canal, servicios financieros, servicios logísticos como las zonas francas y también a través de servicios de transporte, siendo un hub aéreo y de carga regional muy importante. Pero como comenzaba de una posición de crecimiento privilegiada para la región, obviamente, el efecto de la crisis lo lleva a una contracción menos severa que al resto de los países de América Latina”.
Además, siendo uno de los pocos países con grado de inversión en la región, Panamá tiene acceso a fondos de los mercados de capitales, lo que le brinda al país unas herramientas de las que no todas las economías disponen.
Este hecho quedó demostrado con la emisión de deuda por $2,500 millones el pasado 26 de marzo, siendo Panamá el primer país de América Latina en salir a buscar fondos en medio de la crisis sanitaria.
“Panamá sigue teniendo acceso a los mercados financieros, como lo demostró, y en ese sentido también tiene algo más de flexibilidad que otros países de la región”, dijo Werner.
Década perdida
La caída en la economía de la región en 2020 será la mayor recesión desde que se tienen registros, apuntó el representante del FMI.
Para el próximo año se espera un efecto rebote que llevará a la economía regional a una tasa de crecimiento de 3.4%, pero el repunte no será tan pronunciado como la caída de este año. Y aunque se proyectan crecimientos para los años sucesivos, el FMI ya habla de que el periodo entre 2015 y 2025 será una década perdida para la región en términos de ingreso, es decir, que en diez años no habrá crecido el producto interno bruto per cápita de la región.
Este sería el escenario del promedio regional, pero no el caso particular de Panamá, que, como destacó Werner, ha sido uno de los dos o tres países que en los últimos diez años está en el número uno o el número dos de crecimiento en América Latina.