Panamá se convirtió ayer en el primer país de América Latina en buscar fondos en el mercado internacional desde que empezó a propagarse el coronavirus por el continente.
En un mercado azotado por las turbulencias generadas por la paralización de las economías, Panamá consiguió colocar $2,500 millones a un tipo de interés de 4.5% y con una sobreoferta de tres veces. Es decir, que los inversionistas tenían apetito por adquirir hasta $7,500 millones de deuda panameña.
En momentos de incertidumbre financiera, Panamá ha mostrado que tiene acceso a los mercados de capitales para obtener los recursos necesarios para capear la crisis y financiar el presupuesto.
“En estos momentos, en que existe tanto nerviosismo en los mercados, los inversionistas requieren un mayor rendimiento, dependiendo del crédito. Es una buena noticia y un logro haber colocado a ese largo plazo el monto grande y esa buena tasa”, comentó el financista Álvaro Naranjo.
La colocación de $2,500 millones tendrá un efecto en los indicadores financieros del país, pero en un momento como el actual, como sugirió el profesor de Harvard Ricardo Hausmann, los países deben captar la mayor cantidad de recursos para atender la crisis y no estar tan apegados a las normas prudenciales.
“No es bueno el aumento de la deuda y el indicador deuda/producto interno bruto, pero la prioridad para la economía ahora es la liquidez, dada la coyuntura”, comentó Naranjo.
Esta es la tercera vez que el Gobierno de Laurentino Cortizo emite deuda en el mercado internacional desde que asumió el poder en julio del año pasado. Entre las tres operaciones, el monto emitido suma $5,800 millones.
El resultado obtenido en la emisión adquiere más importancia por producirse en un entorno financiero turbulento.
Como explica el financista Manuel Brea, en las últimas semanas se ha visto un aumento en el diferencial o spread por la reducción de precios de los bonos de países emergentes, ya que los inversionistas buscan valores refugio, aquellos considerados libres de riesgo, como los bonos del Tesoro de Estados Unidos. La mayor demanda de esos títulos ha llevado su rendimiento al nivel más bajo en su historia.
En contrapartida, la prima que exigen los inversionistas por títulos de países emergentes ha subido desde que estalló la crisis del coronavirus.
En el caso de Panamá, en los últimos días se aprecia una corrección a la baja en el rendimiento, lo que apuntala la percepción de seguridad del país como emisor (ver tabla).
Técnicamente, la prima de riesgo de un emisor respecto del bono estadounidense se mide con el indicador Embig. Según la información de la Dirección de Financiamiento Público, desde que comenzó el año, el indicador se había mantenido entre 120 y 130 puntos básicos. Luego de estallar la crisis, llegó a un pico de 342 puntos básicos y ayer se moderó hasta los 268 puntos, un mejor indicador que el de países de la región con igual o mejor calificación de riesgo como Chile, Perú o México.