La Dirección General de Asuntos Marítimos y de Pesca de la Unión Europea (DG Mare) sancionó ayer a Panamá con una tarjeta amarilla por no hacer suficientes esfuerzos para erradicar la pesca ilegal, no declarada ni reglamentada.
El país no salió bien librado de las auditorías que hizo la DG Mare en enero pasado. La tarjeta amarilla se convierte en una seria advertencia para que el país tome medidas, antes que se le imponga una tarjeta roja, y con ello se prohíba la entrada de productos pesqueros panameños a toda Europa.
La DG Mare había informado que la Comisión Europea había notificado a la República de Panamá sobre el riesgo de ser identificado como un país que no cooperaba en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Al incumplir con los parámetros europeos están en riesgo las exportaciones panameñas de mariscos a este destino, advirtió Arnulfo Franco, director ejecutivo de la Fundación Internacional de Pesca (Fipesca), agrupación fundada en 2005 para el desarrollo de una pesca responsable en los océanos.
“Entre 2012 y 2014 Panamá hizo muchos cambios para lograr recuperar la tarjeta verde, avances que retrocedieron en el pasado quinquenio”, dijo Franco.
El 90% del atún que exporta Panamá tiene como destino Europa y debemos seguir trabajando para salir de esta sanción, indicó el directivo de Fipesca.
Flor Torrijos, administradora de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), añadió que en los últimos cinco meses Panamá ha realizado ajustes, por lo que solicitarán una nueva auditoría a la DG Mare antes de que culmine el primer semestre de 2020.
“Panamá tiene el firme compromiso de combatir la pesca ilegal no declarada y no reglamentada”, dijo la funcionaria.
En este sentido, agregó que tanto el sector privado como el gubernamental trabajan en recuperar la tarjeta verde y evitar mayores afectaciones a la flota marítima más grande del mundo. Panamá cuenta con más de 7 mil barcos abanderados y 243 embarcaciones con licencia de pesca en aguas internacionales.
A través del comité de abordaje se garantizará la cantidad de inspectores necesarios para supervisar los cinco puertos habilitados para recibir productos de la pesca internacional.
Además, la ARAP ahora cuenta con una plataforma digital que permite ver cuándo y a dónde llega un buque y qué tipo de productos transporta.
Cada año, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada suma capturas en el mundo por cerca de 26 millones de toneladas de productos del mar, con un valor que llega hasta los $23 mil millones, de acuerdo con un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Operar sin la debida autorización, capturar especies protegidas o con alguna restricción, utilizar artes de pesca ilegales y no respetar las cuotas de captura, son algunas de las actividades más habituales de la pesca ilegal.
El atún, el bacalao y el tiburón son las especies más vulnerables con este tipo de prácticas de pesca ilegal, por su alto valor comercial en los mercados internacionales.