La popularidad de Fortnite ha vuelto a explotar a medida que las personas acuden a los videojuegos en medio del tedio y el aislamiento de las cuarentenas de la Covid-19. Los conciertos son solo un ejemplo de cómo el creador de Fortnite, Tim Sweeney, ha redefinido los juegos como una experiencia social inmersiva. Sus esfuerzos han diversificado los ingresos de su desarrollador con sede en Cary, Carolina del Norte, Epic Games, aumentando su patrimonio neto a $9,600 millones, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
La compañía ha mantenido conversaciones para recaudar una nueva ronda de financiación, con un precio por encima de su última valoración de $15,000 millones, informó Bloomberg el mes pasado.
Sweeney es solo uno de los pocos titanes de videojuegos que se benefician de un momento de renacimiento provocado por los confinamientos. Los jugadores no solo han tenido más tiempo para gastar en su pasatiempo, sino que los fanáticos de los deportes tradicionales han recurrido cada vez más a su equivalente virtual para calmar su sed de competencia.
“Con las personas resguardadas en todo el mundo, los juegos son una de las pocas opciones disponibles”, asegura Carter Rogers, analista de la firma de investigación SuperData.
Y eso empieza a reflejarse en las ventas. El gasto de los consumidores estadounidenses en videojuegos saltó a un récord de $10,900 millones en el primer trimestre, un 9% más que el año anterior, dijo la firma de investigación NPD Group en un informe publicado el pasado viernes.
La anticipación por el lanzamiento de Cyberpunk 2077, un juego de rol futurista protagonizado por Keanu Reeves, ha impulsado la fortuna de los cofundadores del desarrollador de juegos polaco CD Projekt. La acción ha subido alrededor de 75% desde mediados de marzo, lo que le da a los amigos de secundaria Marcin Iwinski y Michal Kicinski un patrimonio neto de $1,100 millones y $970 millones, respectivamente. La compañía solo distribuye juegos digitalmente, lo que ha demostrado ser una ventaja sobre algunos rivales.