Petróleos Mexicanos (Pemex) luchó con uñas y dientes para tomar el control del mayor descubrimiento de petróleo del país por parte de empresas privadas. Ahora, no cuenta con el capital para desarrollarlo.
Después de tomar el control operativo del megacampo de Zama el mes pasado, el productor estatal de petróleo no tiene los casi $2,000 millones necesarios para desarrollar el prospecto en los próximos cinco a siete años, dijeron personas familiarizadas con las discusiones que se llevan a cabo en Pemex, que pidieron no ser identificadas porque la información no es pública.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder a fines de 2018 con la promesa de devolver la riqueza petrolera del país a manos del Estado. La lucha subsecuente de Pemex para evitar que sus socios operaran Zama sumió aun más el ya precario clima de inversión de México en una mayor incertidumbre y abrió potencial mente la puerta a costosos procedimientos de arbitraje internacional.
Para superar los desafíos de financiamiento se planteó una idea: crear un acuerdo en el que Talos Energy Inc., que sigue siendo un propietario minoritario en el proyecto, facilitara el financiamiento utilizando barriles como garantía, dijeron las personas. Pero la sugerencia se encontró con la resistencia de los principales funcionarios de Pemex y de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, quienes la ven como una amenaza para la soberanía petrolera de México, dijeron.
Tanto Pemex como la Secretaría de Energía y Talos, que representa al grupo de socios privados en el campo, no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
En una carta del 2 de julio a Talos y Pemex, Nahle citó a Octavio Romero, director general de Pemex, diciendo que la empresa tenía “suficiente capacidad financiera” para desarrollar el proyecto.
Hasta la fecha, el consorcio ha invertido casi $350 millones en el proyecto. En noviembre, el regulador de hidrocarburos de México, CNH, aprobó el presupuesto de inversión de capital de Talos de $875 millones para Zama en 2021. Wintershall DEA y Premier Oil Plc también son socios en el hallazgo de petróleo.