Mientras Colombia era rebajada a la categoría “basura” en el segundo trimestre, y el ministro de Hacienda renunciaba por un proyecto de reforma tributaria fallido y se desataban mortales protestas, en el mercado local de bonos ocurría algo extraño: los extranjeros ingresaban al mayor ritmo que se haya registrado.
Las entradas netas aumentaron a un nivel sin precedentes de 10.8 millones de millones de pesos ($2,800 millones) en los tres meses hasta junio, un 30% por encima del máximo trimestral anterior establecido en 2016. Y los bonos han comenzado a superar a sus pares andinos en las últimas semanas, después de un duro comienzo de año.
Los inversionistas han quedado impresionados por las promesas del Gobierno de enderezar el barco después de perder el grado de inversión, y un crecimiento económico más rápido debería ayudar a fortalecer las arcas del Gobierno, según Alejandro Arreaza, analista de Barclays Capital Inc.
“La economía se está recuperando más rápido de lo que esperaba el mercado, y eso también puede ayudar gradualmente a mejorar la situación fiscal”, dijo Arreaza desde Nueva York.
La liquidación a principios de año “fue algo exagerada y estamos viendo una corrección”.
El creciente apetito por la deuda colombiana muestra que los inversionistas miran más allá de las calificaciones crediticias, atraídos por rendimientos que superan el 6% en un mundo con más de $15 millones de millones en deuda que los inversionistas pagan por el privilegio de poseer.