El banco central de Colombia tiene mucho trabajo por hacer si quiere poner un piso a una de las monedas con uno de los peores desempeños en el mundo este año.
El peso colombiano ofrece a los inversionistas un rendimiento sustancialmente inferior al de las monedas de sus principales vecinos, como Brasil, especialmente si se incluye la volatilidad.
Si bien el banco central ha emitido señales de una postura más restrictiva en las últimas semanas, sugiriendo que se avecinan aumentos de tasas, esto podría resultar demasiado poco y demasiado tarde para algunos, lo que dejaría a la moneda en riesgo de seguir teniendo un bajo desempeño.
Dado que las autoridades monetarias de toda la región, desde Santiago hasta Brasilia, ya están endureciendo su política, el destino de la moneda colombiana puede depender de lo convincente que les resulte a los inversionistas el cambio de política del Banco de la República y de lo lejos que crean que podrían llegar los aumentos de tasas.
Mientras tanto, el posible retorno de la volatilidad política, que se disparó anteriormente con las protestas contra los cambios tributarios y las rebajas de la calificación crediticia, también representa un riesgo, al igual que cualquier cambio de dirección de la Reserva Federal de Estados Unidos hacia una política más estricta.
“Hemos tenido dos rebajas. Es un gran impacto para los mercados. Hubo una revalorización. Se desacopló del petróleo. Luego, las reformas tributarias, las discusiones de ida y vuelta en el lado fiscal también agregaron mucha incertidumbre”, dijo Carlos Carranza, estratega de inversiones sénior de Allianz Global Investors en Nueva York, cuya firma ha reducido recientemente su posición de subponderación en la divisa.
Mal desempeño
El peso colombiano ha caído alrededor de un 11% en 2021 y, aunque esta semana ha experimentado una recuperación parcial, sigue siendo una de las monedas con peor desempeño este año junto con las divisas de Argentina, Turquía y Perú.
A principios de esta semana, el peso probó el nivel psicológico de 4 mil por dólar, pero desde entonces ha regresado a alrededor de 3,859, ayudado en gran medida por la perspectiva de los flujos derivados del acuerdo de Ecopetrol para comprar Interconexión Eléctrica SA. Esta noticia contribuyó a que la moneda subiera más del 2% el jueves, pero no altera fundamentalmente el panorama de las tasas de interés.
El bajo rendimiento del peso en 2021 es aún más sorprendente si se considera que el precio del petróleo, el principal producto de exportación del país y normalmente un importante motor del mercado, ha subido significativamente este año.
Un aumento de más del 40% en el crudo West Texas ha ayudado a impulsar las ganancias de las monedas vinculadas al petróleo, como el dólar canadiense y el rublo ruso, pero la de Colombia se ha mantenido firmemente estancada a pesar de la mejora de los términos de comercio.
El año no ha sido fácil para Colombia. Un intento de mejorar la situación fiscal del país con una reforma tributaria desencadenó una crisis política que acabó por abortar los cambios propuestos, llevó a la renuncia del ministro de Hacienda y a la rebaja de la calificación crediticia del país a “basura”.
La situación fiscal no contribuye a mejorar el atractivo del país, ya que se espera que el déficit presupuestario se sitúe en torno al 8.3% del producto interno bruto en 2021, el peor en más de 15 años.
Este tipo de deterioro no solo ha afectado a los activos en moneda local y ha contribuido a provocar rebajas de calificación, sino que también ha perjudicado la posición del país en los mercados crediticios internacionales. La prima de rendimiento sobre los bonos del Tesoro de EU para los bonos en dólares a 2031 se ha ampliado a alrededor de 223 puntos básicos desde un mínimo de menos de 150 puntos básicos en enero.
El costo de asegurar deuda contra un incumplimiento durante los próximos cinco años es de alrededor de 60 puntos básicos en 2021.
A esto se suma el hecho de que la aceleración de la inflación ha sido recibida con cautela por los banqueros centrales de Colombia.