“La falta de alimentos es una constante que produce una gran migración de las poblaciones en nuestros países hacia el Norte”, dijo ayer el ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama en la 37 conferencia regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que se desarrollará hasta el 1 de abril en Quito, Ecuador.
Valderrama asiste a la reunión en representación de Panamá y de la Secretaría del Consejo Agropecuario Centroamericano y de República Dominicana. Este encuentro se celebra cada dos años con la asistencia de los gobiernos de los 33 Estados miembros de la FAO en América Latina y el Caribe.
“No es tiempo de seguir hablando hay que actuar rápidamente, buscando sistemas económicos y comerciales más justos para nuestros países”, subrayó el titular del MIDA.
En su intervención en la Conferencia, manifestó que la crisis provocada por la Covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, son factores que “han venido a agravar esta situación que viven hace tiempo nuestros países”.
Según la FAO, el sector agroalimentario es clave para salir de la crisis. “Desde las fincas de los agricultores a las mesas de los consumidores, las personas, organizaciones y empresas que forman los sistemas agroalimentarios de la región dan empleo a decenas de millones de personas”, destacó el organismo.
El jefe de la cartera del MIDA planteó que en la reunión regional deben salir acciones concretas, precisas y de cumplimiento rápido para llevar bienestar a las poblaciones que lo demandan.
“Evitar limitaciones a nuestros comercios, de parte de los países más ricos, que encarecen nuestras producciones en el campo...”, detalló Valderrama..
Finalizó diciendo que sabe que privará “el criterio de la razón, el criterio de la justicia y con un objetivo más justo y solidario para los países más pobres del mundo. Todos tenemos que actuar responsablemente e inteligentemente para después de estas crisis buscar nuevas vías de gobernabilidad que nos garantice la sobrevivencia en este planeta”.
El organismo calcula que una cuarta parte de la población regional vive en condiciones de inseguridad alimentaria, mientras que la pandemia de la Covid-19 hizo que 22 millones de personas se sumaran a la pobreza en solo un año, obligándolos a adquirir alimentos de peor calidad debido a la baja en sus ingresos.


